La playa de Monte Gordo es muy amplia, hay sitio de sobra para todos. De arena fina y aguas templadas resulta ideal para el turismo familiar. Llegamos el sábado 14 de julio a las cuatro de la tarde. La playa más grande el Algarve oriental, está rodeada de amplios pinares y una Avenida Marginal con restaurantes, cafeterías, supermercados y demás servicios turísticos entre los que se encuentran tres amplias zonas de aparcamiento. Al grito de ¡bolis, bolis! se anuncian los vendedores de bolinas, una especie de buñuelos muy tentadores para golosas y golosos.
El domingo celebramos el cumple de Conchi con espetada de langostinos , sardinas asadas y chocos. Se come de maravilla.
El martes por la tarde nos acercamos a Cacela Velha. El único pueblo de pescadores que se conserva tal cual en esta zona. Atesora un ramillete de casitas blancas rematadas con añil en torno a la iglesia.
Nos dimos un paseo disfrutando de las vistas sobre la ría, entramos en la iglesia y en el cementerio.
El miércoles fuimos a Tavira en tren.Tavira se extiende a lo largo de las riberas del río Gilão y ofrece una deliciosa combinación de arquitectura tradicional portuguesa y profundas influencias árabes. Esta ciudad es muy agradable de explorar, ya que contiene multitud de edificios históricos y bonitas iglesias, todo ello localizado alrededor de plazas encantadoras y calles empedradas. Bajamos desde la estación hasta la Plaza de la República. Entramos en el casco viejo por el arco.
Paseamos por los jardines y las murallas que se conservan del castillo.
Nos detuvimos en el museo islámico que guarda los restos arqueológicos de la ocupación musulmana durante la Edad Media. La pieza más sobresaliente es el vaso de Tavira
El sábado por la mañana visitamos Castro Marim. Aparcamos junto al mercadillo. Subimos al Castelo Velho con unas vistas estupendas sobre las salinas y la desembocadura del Guadiana.
Habíamos visitado antes el museo de Santa Clara,.
Subiendo hacia el castillo se localiza la Iglesia de Santa María do Castelo, gótica del siglo XIII, donde llama la atención en gran reloj que luce su torre.
Paseamos por los jardines y las murallas que se conservan del castillo.
Nos detuvimos en el museo islámico que guarda los restos arqueológicos de la ocupación musulmana durante la Edad Media. La pieza más sobresaliente es el vaso de Tavira
Comimos en Tres Palmeras chocos y dos pescados grelhados para cada uno. De postre una cesta de fruta para elegir lo que quieras. Mayoria de portugueses y menos turistas como nosotros. A la llegada tienes que apuntar tu nombre y apellido en una pizarra. El camarero sale a llamarte y te acompaña a la mesa que haya quedado libre, métodos del siglo XX que todavía funcionan.
El sábado por la mañana visitamos Castro Marim. Aparcamos junto al mercadillo. Subimos al Castelo Velho con unas vistas estupendas sobre las salinas y la desembocadura del Guadiana.
Dentro del castillo, en la iglesia, hay una exposición sobre diferentes instrumentos de tortura medievales. En otro espacio se ha construido un pequeño museo con restos arqueológicos de los fenicios, romanos, visigodos, época musulmana y baja edad media. De frente al castillo se levantó en el siglo XVII un fuerte adaptado al uso de la artillería para vigilar la frontera española.
El domingo 22 a la vuelta paramos en Zafra. Tuvimos suerte el termómetro no superaba los treinta, comimos en una terraza de la plaza chica gazpacho y puntillas.
Paseamos por la calle Sevilla y nos acercamos hasta el Castillo-Palacio del Marqués de Feria.
Conducía ya cansado en la siguiente etapa de Zafra a Hervás. A la llegada nos tomamos un café con hielo y fuimos sal barrio de la judería. Todas las calles tienen sombra en verano por las buenas o con sábanas tolderas. Compramos dulces, queso de cabra y vino de pitarra.
Llegamos a Valladolid sobre las diez de la noche. La temperatura en casa no había subido de 26 grados.