Escritos en árabe y con alfabeto salomónico, los Libros plúmbeos tienen
una curiosa historia: cuando en 1588 se derribó el alminar de la
mezquita mayor de Granada -"la torre vieja"- para construir sobre ella la tercera nave catedral,
apareció un cofre con un pergamino, un trozo de un manto de la Virgen y
los huesos de un protomártir, san Esteban. "Casualmente" el descubrimiento se realizó el día de San Gabriel, 18 de marzo, "el arcángel" más importante para el Islam. Se abrió al día siguiente, San José, 19 de marzo de 1588.
El pergamino, fechado en el
siglo I, pero escrito en castellano del siglo XVI, anunciaba la
inminente aparición de unos libros que, por su carácter, serían una
revelación religiosa.Esos libros aparecieron siete años después en
Valparaíso (nombre originario del Sacromonte granadino), junto a las
reliquias y restos de supuestos santos y mártires, como san Cecilio,
actual patrón de Granada. Los 21 libros, que son planchas de plomo
circulares de unos diez centímetros de diámetro, tallados con buril,
eran tratados religiosos, presuntamente del siglo I, que hacían de los
conceptos del islam y el cristianismo una religión sincrética.
Enviados a
Roma para su análisis, el papa Inocencio XI los condenó por sus "ideas
mahometanas, puras ficciones humanas fabricadas para ruina de la fe
católica". No sucedió lo mismo con las reliquias ni los huesos, que
están considerados sagrados por la Iglesia y custodiados en Granada y en
El Escorial, en donde, por ejemplo, se encuentra el trozo de manto de
la Virgen, que al parecer curó un episodio de gota de Felipe II.
El 17 de junio del año 2000 el Vaticano decidió devolver los Libros plúmbeos a
Granada. Fue el propio cardenal Ratzinger el encargado del protocolo.
El arzobispo de Granada, Antonio Cañizares, resaltó entonces "la
generosidad del Vaticano, ya que no tenía ninguna obligación de
devolverlos".
Los falsificadores convirtieron en autores de los libros a San Cecilio y San Tesifón, dos varones apostólicos de los que no se sabía nada y que,
además, eran árabes, en un intento de despertar la simpatía hacia los
moriscos. De ese modo, Granada se convirtió en una ciudad con un santo
inventado y con varios falsos mártires.
El plan de los moriscos nobles tuvo un éxito relativo. En 1682, la
Iglesia de Roma, tras casi un siglo de estudios y análisis, calificó a
los Plúmbeos de herejía, reforzando las facciones más radicales de la
Iglesia contrarreformista. Los moriscos fueron obligados a abandonar España
entre 1609 y 1614. Sin embargo, los linajes moros aristocráticos de
Granada nunca llegaron a ser expulsados.
MÁS INFORMACIÓN EN
http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/entrevistas/quien-es-quien/detalleGrupo.asp?id=23
VÍDEOS
https://www.youtube.com/watch?v=9RZlOSWlTzg
https://www.youtube.com/watch?v=1hGDpYnoNUk
https://www.youtube.com/watch?v=8f84I54MpPI
DOCUMENTAL EL ENIGMA DE LOS LIBROS PLÚMBEOS
https://www.youtube.com/watch?v=XBN4czIwSqI
Actualmente se encuentran en la biblioteca de la Abadía del Sacromonte, construida precisamente en el lugar de su hallazgo.
Los granadinos siguen celebrándolo comiendo habas frescas, tortilla del Sacromonte y "salaíllas" en la Romería de San Cecilio, el primer domingo de febrero. También bailan "la reja". Esta fiesta cumple el voto que hizo el ayuntamiento de Granada, en 1599, con motivo de la peste que diezmó a la población en ese año.
Antiguamente, durante la romería, las jovencitas tocaban la piedra blanca para encontrar marido.
Según los Libros Plúmbeos San Cecilio fue enviado a la península -junto a Isio y Tesifón- por San Pedro. Fueron martirizados el uno de febrero por los romanos en las catacumbas de Sacromonte.
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