jueves, 5 de abril de 2018

QUINTA SINFONÍA DE SHOSTAKOVICH

OSCYL dirigida por Alexander Polyanichko.
Auditorio Miguel Delibes.
Jueves, 5 de abril de 2018.

Tras las criticas del Pravda a la representación de "Lady Macbeth"  y en el contexto histórico de las depuraciones estalinistas Shostakovich se jugaba la vida literalmente.  Compuso la quinta sinfonía entre los meses de abril y julio de 1937  para la celebración del vigésimo aniversario de la revolución de octubre. Se estrenó en Leningrado el 21 de noviembre de 1937, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Leningrado dirigida por Yevgeny Mravinsky, logrando un enorme éxito. Según el gran violonchelista Rostropovitch la gran ovación -que duró cuarenta minutos- evitó a Shostakovich su desaparición. además fue nombrado catedrático de composición en el Conservatorio de Leningrado.  En enero de 1938 la obra era presentada en Moscú y luego en New York, París, logrando siempre un extraordinario éxito. Pronto se convirtió en una de sus obras más populares.

El compositor logró el modo de sobrevivir durante este periodo represivo, sin sacrificar su integridad artística. A pesar de usar un lenguaje diatónico, aparentemente sencillo, reclamado por el régimen en su afán de lograr el realismo socialista logra una verdadera obra de arte.

 Shostakovich estaba obligado a seguir los preceptos que le imponía el Estado Soviético, por ello la sinfonía terminaba como debía ser, de un modo triunfal. Pero siempre debemos realizar una segunda lectura en la obra del compositor.
" El final es una tragedia. Irreparable. Estirada sobre el potro de la Inquisición, la víctima intenta todavía sonreír en su dolor. Quien crea que el final de la sinfonía es alegre es realmente un idiota." (Rostropovitch)



 En el  primer movimiento, moderato, el tema es desarrollado ampliamente por la cuerda, hasta la introducción del segundo tema, que empieza en los primeros violines. Una idea secundaria es presentada por la flauta y las palpitaciones de la cuerda terminan la exposición. Una marcha grotesca nos lleva a la culminación del movimiento, con gran intervención de los metales. La recapitulación nos devuelve la calma.

El segundo movimiento, allegretto, constituye el scherzo de la obra. Está formado por una danza popular, un vals en forma de länder que nos hace pensar en Mahler. El trio está compuesto por un vals tranquilo para violín y arpa. Luego se reinicia el scherzo volviendo la popular danza. Una rítmica coda pone fin al movimiento.
El tercer movimiento, largo, es un movimiento lento desde su principio a su final. No emplea los metales, estando las cuerdas divididas en ocho partes. Un tema lírico meditativo va ganando tensión a lo largo del movimiento, constituyendo uno de los grandes logros del compositor. En su parte central la flauta presenta un nuevo tema de carácter soñador. Luego iniciándose en los bajos retorna el tema principal, que nos conduce hasta su climax mediante apasionadas frases de la cuerda. Termina con la tranquilidad de su principio. Muestra  influencias de la novena de Bethoven

El cuarto movimiento, allegretto non troppo, empieza con una marcha orgullosa sobre los redobles de los timbales. Después de su desarrollo, que culmina llegando a su climax, aparece el segundo tema lírico, el cual posee unas raíces populares que lo acercan a Tchaikovsky. Sigue lo que sería la verdadera sección de desarrollo, aunque como vemos en la obra está unida con la exposición. La sección final empieza lentamente con el primer tema, que se va elevando de un modo triunfal hasta explotar en los poderosos acordes que inician la coda triunfal.

 Una sinfonía al parecer tan optimista oculta trágicos pensamientos. Salomon Volkov realizador de una versión de las memorias del compositor, cita las palabras, reveladas después de su muerte. "La alegría es forzada, creada bajo una amenaza. Es como si alguien os golpease con un bastón diciendo, vuestra obligación es la de divertiros."








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