La senda del canal es un marco ideal para un paseo relajante. Se acerca el invierno. Salimos a las tres y media, anochece pronto.
Llegamos a la esclusa 42 la última del canal. Sus puertas siguen funcionando.
Hay un edificio que sirvió de almacén y fielato, Hoy es un centro de control de la Confederación Hidrográfica. Desde aquí se vigilan las posibles riadas o avenidas en la Cuenca del Duero con el SAIH (sistema que coordina la información de trescientos puntos). El molino harinero (1855) llegó a tener cinco plantas y sótano. También sirvió para producir electricidad.
Después de allí la carretera de La Overuela se estrecha. El canal y el Pisuerga casi se rozan. Por debajo un puente permite que el arroyo Berrocal desemboque en el río.
Enfrente dejamos las viejas casas del antiguo poblado de Tafisa. Nada más que termina la valla de Tafisa si miramos al río veremos los restos de una aceña medieval, que sirvió para mover un molino de papel.
Desde aquí se puede alargar el paseo hasta la finca de Zamadueñas por el camino Espinar. Este tramo lo dejamos para otro día. Volvemos hacia Valladolid saliendo de La Overuela por la carretera y luego por la senda del Canal.
Son casi las cinco de la tarde y va cayendo el ángulo del sol. Destacan los colores del otoño.
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