En el Somontano a 48 kms.de Huesca, se enclava la villa de Alquézar. Encaramada a 660 metros de altitud sobre una de las sierras paralelas al Pirineo, el pueblo se integra perfectamente en un impresionante paisaje de calizas modelado por el rio Vero.
En tiempos medievales, la villa llegó a tener varias puertas de acceso, de las cuales hoy solo se conserva una de ellas. Se trata de un arco gótico que tiene en su parte superior el escudo de la villa; desde aquí ya se empieza a ver el estilo de las calles de piedra.
Mucha de la arquitectura medieval de la villa aún se mantiene por sus calles y en la plaza.
Llaman callizos a los callejones cubiertos aprovechados para situar habitaciones voladas y ganar espacio a las casas.
Estaban rodando una película poco antes de llegar a la colegiata.
Alzándose sobre el casco urbano de Alquézar, en un acantilado sobre el río Vero, se encuentra el Castillo Colegiata de Alquézar, que fue una de las fortalezas musulmanas más importantes de la comarca .
De aquella fortaleza solo queda un torreón cuadrangular ya que, tras la reconquista, en el siglo XI, se construyeron edificaciones tanto defensivas como religiosas, dando lugar a la primera colegiata, de estilo románico.
Comenzamos la visita guiada a las once de la mañana.
La actual colegiata de Alquézar se compone de dos espacios claramente diferenciados: por un lado, la iglesia tardogótica del XVI que vendría a sustituir a la primitiva construcción románica; y por otro, el claustro románico trapezoidal.
Solo uno de los lados, al norte, ofrece capiteles románicos.
De este a oeste, el primer capitel representa la escena del Sacrificio de Isaac. El segundo de los capiteles se refiere a la ceremonia de consagración de la canónica en el año 1099. En el tercero de los capiteles se representa la escena de la Creación de Adán. El cuarto describe el Diluvio Universal y el quinto varios episodios del Génesis. Por último está el de Herodes y San Juan Bautista.
Sorprenden también las pinturas murales de los siglos XV y XVI desplegadas en el interior de los muros del claustro.
En una de las capillas se conserva un cristo románico que contrasta con el marco barroco en el que se ha colocado.
Desde el segundo piso del claustro se disfruta de excelentes vistas.
A las afueras del casco urbano nos encontramos con la iglesia de San Miguel.
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