Huerta del Rey es un barrio desconocido en ciertos aspectos por la mayoría de vallisoletanos. Tiene rincones espectaculares. A pocos metros de la Escuela de Arquitectura y del Centro Cívico se encuentra Hypatia, un establecimiento muy recomendable. Al entrar desde la esquina de la calle Pïo del Río Hortega número 14 lo primero que ves es una pizarra. Allí aparece cada día una frase, un proverbio como dice mi mujer que le encanta detenerse para leerlo. Pizarras y tizas me son muy familiares aunque ya no se lleven. Pilla muy cerca de mi casa pero curiosamente por primera vez entré con mi sobrino Mario, que no es vecino del barrio. Los viejos aprendemos de los jóvenes.
El establecimiento es muy acogedor , cuenta con un espacio con mesas bajas y una barra donde disfrutar con familiares o amigos de un buen café y una excelente cerveza ya sea belga de barril u otras artesanales. La decoración siempre llama la atención. En el exterior dispone de una tranquila terraza con seis mesas, en una zona amplia y con vistas al jardín, sin ningún peligro si vas con niños.
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Pero lo mejor es el trato de la dueña, Irene. Domina tanto la buena conversación como las letras en papel, es escritora. Las referencias clásicas del nombre del bar no desentonan. Se organizan catas de cervezas periódicas y fiestas puntuales como la de Halloween. Tiene una clientela diversa -jóvenes, familias con niños, jubilados- pero bastante fiel.
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Por si no fuera bastante puedes disfrutar de un buen libro acompañando la lectura de té, café o cerveza. Por supuesto tienen leche sin lactosa y vegetal de soja. También puedes pedir cervezas sin gluten. Hasta dejan entrar a mascotas. Se respira buen ambiente.
Cuatro grifos, buena música, la simpatía de Irene, decoración original y ambiente confortable. En resumen, no se puede pedir más. Un bar con muchísimo encanto.
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