sábado, 30 de agosto de 2025

PRIMER CONCIERTO SINFÓNICO ORQUESTA ESTATAL DE HESSE.

 3 SEPTIEMBRE 2025  KURHAUS.

Orquesta estatal de Hesse. Wiesbaden,

Director: Leo McFall

PROGRAMA

Wolfgang Amadeus Mozart: Concierto para piano n.° 24 K. 491
Antonín Dvořák: Sinfonía n.° 7 en re menor



Séptima sinfonía Dvorak hr-Sinfonieorchester Dirige Andrés Orozco.-Estrada 2021

En la primera página del manuscrito, el autor afirma que la obra fue concebida en ‘una época llena de duda, amargura, dolor silencioso y resignación’. Esta comenzó a gestarse el día 13 de diciembre de 1884, poco después de la muerte de su madre, su hijo mayor y el fallecimiento de Smetana. Su composición se prolongó durante tres meses, hasta el 17 de marzo del año siguiente, fijándose su estreno para el 22 de abril en la Saint James’s Hall londinense, dirigida por él mismo.

Antonín Dvořák: Sinfonía n.° 7 en re menor

El primer movimiento, Allegro maestoso, comienza con un llamativo primer tema en re menor que Dvořák se inspiró para escribirlo tras presenciar el desembarco de un tren de nacionalistas antihabsburgo en una estación de tren de Praga. Surge como de la niebla y finalmente se expresa como si anunciara la llegada de Dvořák y de su pueblo a un escenario internacional. Se ordena en base a la estructura clásica de la forma sonata en la que contrasta el citado primer tema con el segundo, lírico y pastoral. Tras la presentación de violas y violonchelos, sobre un profundo pedal de trompas y timbales, el testigo será recogido por clarinetes. Le sigue un soleado segundo tema en la mayor, pero el majestuoso y amenazador primer tema sigue imponiéndose.



El segundo movimiento (Poco adagio), más lento, es a la vez reverencial y pastoral. Una melodía coral en los vientos es seguida por dulces cuerdas y un anhelante solo de flauta. El ambiente se vuelve más oscuro, pero nunca desesperado, mientras Dvořák nos conduce de nuevo a la luz, terminando dulce y optimistamente con un discreto acorde de Fa mayor.



El Scherzo del tercer movimiento se basa en un furiant, una exuberante danza folclórica checa. Sus alegres ritmos cruzados y su naturaleza optimista nos traen a la mente una vibrante escena callejera de juerguistas improvisados, un grupo descansando y cansado, otro bailando con furia y energía hasta el final. La cadencia final de la coda en re menor nos devuelve a la tonalidad de origen, 


El Finale comienza de forma enigmática, aunque pronto retoma la energía y el tono amenazador, de nuevo en re menor. A medida que se desarrolla, Dvořák recuerda la majestuosidad patriótica del movimiento de apertura, la reflexión del Adagio y el entusiasmo del Scherzo-furiant. El insistente Re menor da paso por fin a la gloriosa luz de Re mayor.        El autor parece liberarse, definitivamente, de tan pesada responsabilidad, dejando escapar toda la fe y esperanza reprimida durante todas estas magistrales páginas.



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