Desde Leipzig a Meissen se tarda una hora y media en tren, aunque se encuentra sólo a unos 85 km. porque hay que hacer trasbordo. Bajamos en Altstadtbahnhof y en cinco minutos estábamos en Marktplatz. En esta plaza destacan Marienkirche -gótico del siglo XV- y el edifico del Ayuntamiento. Mientras paseábamos sonó el famoso carillón de porcelana de la torre de la Iglesia. Entramos un rato en el interior, una exposición de paneles nos describe su restauración.
Desde aquí por sinuosas callejuelas medievales en cuesta y escaleras nos vamos acercando al arco que da entrada al Burgberg.
Tras pasar por debajo del arco paramos frente al Albrechtburg, primer castillo-palacio del renacimiento alemán. Actualmente su interior se ha convertido en un museo. Compramos la entrada conjunta a la fortaleza y a la catedral. Había audioguías en alemán e inglés. Me entretuve un rato escuchando la audioguía en alemán versión "Kínder". En el museo las estancias del castillo sirven como salas de exposición de la historia de Sajonia, de la construcción del edificio y de la fabricación de porcelana. La primera factoría de porcelana europea (1710) se encontraba junto a Albertburg. La valorada porcelana de Meissen se reconoce por su símbolo: dos espadas cruzadas.
De estilo gótico, se comenzó a construir en el siglo XIII aunque no se finalizó hasta el XX, la catedral destaca por ser el único edificio oscuro del casco viejo en contraste con las casas tonos pastel y el color blanco de Albrechtburg.
El claustro nos resguardó del fresco viento que empezaba a soplar. Desde allí accedimos al interior.
La nave central es muy luminosa y esbelta al estilo del gótico francés.
La nave central es muy luminosa y esbelta al estilo del gótico francés.
Se conservan algunas vidrieras en el presbiterio. El altar mayor está presidido por un tríptico de Lucas Cranach (1534), el pintor más importante del renacimiento alemán después de Durero. En el tríptico, como era costumbre aparecen retratados los donantes, en este caso los Duques de Sajonia Tanto en El Prado como en el Thyssen podemos contemplar obras significativas de este pintor.
Me recordó mucho al tríptico del Descendimiento de Ambrosius Benson que se encuentra en la catedral de Segovia.
Me recordó mucho al tríptico del Descendimiento de Ambrosius Benson que se encuentra en la catedral de Segovia.
Detrás de la catedral hay un mirador impresionante para contemplar el trazado del Elba a su paso por Meissen.
Bajamos por otra escalera y empinadas calles hasta la ribera del río. Ya eran las tres, encontramos Probierstürben "Zum Loch" para comer platos alemanes a un precio sorprendentemente barato. Comimos los cuatro por la módica cantidad de 35 euros, incluidas dos cervezas, un botellín de agua y una coca cola. Alba y Conchi probaron Scnitzel/Brot (filete con dos huevos fritos sobre rebanada de pan y guarnición de verduras), Joao Schnitzel/Gemuse (filete con verduras) y yo para no irme de Alemania sin probar las salchichas me atreví con Bratwurst/Sauerkr. Los platos muy generosos para llenar nuestros vacíos estómagos.
No encontramos ninguna pastelería abierta, era domingo. Las golosas se quedaron con las ganas de probar el Meissen Fummel, hojaldre azucarado típico de esta ciudad.
Bajamos por otra escalera y empinadas calles hasta la ribera del río. Ya eran las tres, encontramos Probierstürben "Zum Loch" para comer platos alemanes a un precio sorprendentemente barato. Comimos los cuatro por la módica cantidad de 35 euros, incluidas dos cervezas, un botellín de agua y una coca cola. Alba y Conchi probaron Scnitzel/Brot (filete con dos huevos fritos sobre rebanada de pan y guarnición de verduras), Joao Schnitzel/Gemuse (filete con verduras) y yo para no irme de Alemania sin probar las salchichas me atreví con Bratwurst/Sauerkr. Los platos muy generosos para llenar nuestros vacíos estómagos.
No encontramos ninguna pastelería abierta, era domingo. Las golosas se quedaron con las ganas de probar el Meissen Fummel, hojaldre azucarado típico de esta ciudad.