viernes, 26 de octubre de 2018

EL TIROL. PARQUE NACIONAL HOHE TAUERN.


El miércoles 17 de octubre en nuestro itinerario por el Tirol la primera parada, desde la salida de Innsbruck, fue Rattenberg. En este pequeño pueblo no ven el sol de noviembre hasta febrero porque está encajado entre las montañas. Nos paseamos por la calle principal, llena de cafeterías y de tiendas con artesanía de vidrio, hasta la plaza y la iglesia. Entramos por algunas callejuelas para descubrir rincones típicos. Tomamos café e hicimos algunas compras. 






El Parque Nacional de Hohe Tauern tiene un paisaje alpino único y original. Comienza a una altura de 1.000 m sobre el nivel del mar y llega hasta los 3.798 m, a la cumbre del Großglockner.
 Contemplar el paisaje de alta montaña resulta, especialmente cuando el buen tiempo te  acompaña, una experiencia inolvidable. Tuvimos suerte por partida doble:  cruzar todo el Tirol en bus en un día soleado y en el vuelo de vuelta ver las montañas desde el avión. 





Tras pasar la curvas del paso Gerlos, que superó con pericia nuestro conductor checo, llegamos a las cataratas Krimml. Nos dicen que son las cascadas más altas de Europa. Primero paseamos hasta la base de la cascada principal, a 1.ooo metros de altura, tomamos unos fotos y vimos el caudal del agua desde abajo. Nos movimos con mucha precaución porque el guía nos comentó que la semana anterior uno de Salamanca se partió la pierna al resbalarse entre las piedras húmedas.




 Después subimos rápidamente a la segunda cascada, a 1.400 metros de altura. Merece la pena irse parando en los miradores de madera para contemplar la bajada del agua. Disponíamos solo de hora y media, teníamos que comer y continuar carretera.






Después de comer otra vez al bus, en dirección a Salzburgo. Paramos en otro típico tirolés Sankt Johann im Tirol, cerca de Kitzbühel, en el valle de Leukental. Cruzamos el río Grossache, nos dirigimos hasta la plaza presidida por un "mayo" delante del Rathaus. Entramos en la iglesia y en una bonita capilla barroca. Por las calles nos detuvimos ante las construcciones típicas de madera y algunas fachadas "decoradas"  tan comunes en el Tirol. 




Nos marchamos dejando atrás las montañas que rodean el pueblo, Wilder Kaiser y Kitzbüheler Horn. 







Traje de fiesta tirolés en escaparate. Algunos lo usan para tomarse un vino o una cerveza en las terrazas. 


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