sábado, 9 de enero de 2021

LAS OLAS DE FRÍO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

HACE 65 AÑOS. FEBRERO 1956: EL GRAN FRÍO

Una lengua de aire gélido se descolgó desde el Ártico. La ola de frío empezó el día uno y duró hasta el 26.  En Valladolid el 3 de febrero la mínima alcanzó 12 bajo cero. A ese día siguieron tres semanas de heladas fuertes. Pasaron sucesivamente tres frentes polares, una situación metereológica inédita.



El primero del día uno al cinco, el segundo del diez al catorce y el tercero del 17 al 23. Fue el mes más frío de la historia en nuestra ciudad. Era un año bisiesto, de los 29 días de ese febrero heló 28. La media de temperatura mensual no superó los cero grados.



 Se sucedieron los días con las fuentes heladas, las aceras llenas de nieve y los carámbanos colgando de los aleros. Y llegó la gran nevada el día 23, cuanto templó algo después del tercer frente polar. El gran frío de 1956 afectó a toda Europa. En Burgos nevó durante 17 días seguidos, con 1 metro de nieve el día 26.





HACE CINCUENTA AÑOS. DICIEMBRE 1970- ENERO 1971: OLA DE FRÍO DE 23 DÍAS

Se registraron fortísimas heladas desde el 16 de diciembre al seis de enero. La nieve cayó también de manera bastante generalizada por el interior peninsular. El día de año nuevo hubo trece bajo cero en Valladolid. En Villanubla 18 bajo cero y en Valladolid ciudad 14 bajo cero el día dos de enero. En Burgos llegó la mínima a -22. En Monreal del Campo (Teruel), situado en el triángulo del frío Teruel-Molina de Aragón-Calamocha, se alcanzaron los - 28º.  El cuatro de enero se registró en Reinosa una mínima de 25 grados bajo cero.  La ola de frío tuvo una duración de 23 días. 

En la madrugada del cinco de enero las calles de Valladolid parecían de cristal. Los vehículos quedaron imposibilitados para circular; se helaron los radiadores. Los peatones, tras salir del portal, experimentaron el primer resbalón, cuando no fue su caída. Para llegar al punto de destino algunos se envolvieron los zapatos en papeles de periódicos o en telas de saco para tener un andar más seguro. Toda clase de conducciones, muchas ocultas en muros y paredes, que habían reventado al congelarse el agua, se convirtieron en verdaderos surtidores al producirse el deshielo. Las llamadas a los bomberos abundaron. Pero el desastre fue todavía mayor en los centros públicos. Se reventaron las tuberías de calefacción en los colegios. Durante todo el mes de enero estuvimos en clase con abrigo. El Pisuerga se congeló. 

 








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