domingo, 20 de junio de 2021

EL GRAN ROJO de BENITO OLMO

Editorial Adn  marzo de 2021



Los dos protagonistas Mascarell, detective gaditano, y Ayla,  hija de un emigrante turco, se enredan en una investigación entre los bajos fondos y el Mainhattan de Frankfurt.                    El mercado semanal de Konstablerwache, Bahnhofviertel , el barrio rojo, Skylineplatz, Willy  Brandt Platz y el río Main forman el decorado urbano en el que transcurre la trama. Los elementos del cóctel -trata con menores, droga, grandes empresas, outsiders, matones- podrían aparecer en cualquier serie americana o europea. Pero lo que diferencia a la novela son los perfiles de los personajes principales. Un detective privado con pierna ortopédica, su ex,  una adolescente que tiene que cuidar de su padre enfermo y  que acaba de perder a su hermano, su vecina que la ayuda en el cuidado de su padre, una señora que se dedica al negocio de chicas, ... Casi todos ellos al margen del sistema. No hay nada políticamente correcto en esta novela, y se agradece. Es al mismo tiempo divertida  y provocadora como las buenas caricaturas. Se supone que es la primera entrega de una trilogía que el autor bautiza como Proyecto Mainhattan.



Se trata de una novela adecuada para lectores desde catorce a cien años. De lectura fácil, tiene el punto de humor e ironía suficiente para digerir de forma agradable el género negro. La prosa de Benito Olmo está a la altura de las de Gómez Jurado y Pérez Gellida. 

Benito Olmo en Instagram

Entrevista al autor

Reseña en el Búho entre libros


viernes, 18 de junio de 2021

RUTA DEL CLARETE IV: MUCIENTES

Mucientes, a mitad camino entre Fuensaldaña y Cigales, ha conseguido mantenerse como pueblo. No tiene casoplones ni adosados como las otras dos poblaciones. Han levantado casas nuevas y rehabilitado las antiguas pero conservando la estructura de núcleo rural. Milagrosamente el Ayuntamiento no ha cedido a la presión de los constructores a solo once kilómetros de Valladolid. Un caso a estudiar. 


Se encuentra a diez minutos de Valladolid, a caballo entre el páramo y los Montes Torozos, .Famosa por su clarete, englobado en la Denominación de Origen Cigales. En el paisaje de Mucientes podemos disfrutar de unos hermosos viñedos o majuelos.


Desde lejos el perfil del pueblo sigue estando marcado por la imagen de las ruinas del castillo y la monumental iglesia de San Pedro. Fue nombrado mejor municipio enoturístico de España en 2020 por la ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino).


Los muros más antiguos del castillo son del siglo X. Los demás restos son del XIII adelante. Aquí se celebraron las Cortes de 1506 y sirvió de residencia temporal para las reina Juana y su marido Felipe. En 2006, con motivo de las celebraciones del V Centenario de las Cortes el Ayuntamiento protege en su planeamiento urbanístico el altozano, el foso y sus alrededores para que, en unos años, se convierta en un gran parque público con los restos recuperados del castillo como eje central. Actualmente se desarrollan labores arqueológicas en los restos del castillo-palacio, que sirvió de prisión en tiempos de Juan II.


Entro fácilmente con el coche hasta la plaza y aparco a la sombra. Son las once y media de la mañana del último viernes de esta primavera y los jubilados disfrutan tomando café en las terraza del bar junto al ayuntamiento. 



 La Iglesia de San Pedro es un edificio de piedra construido a lo largo del s. XVI con planos de Juan de Saravia. 




 La fachada principal ofrece un curioso aspecto al reunir elementos muy dispares, se aprecian los arranques de las bóvedas de un tercer tramo que no se llegó a terminar, restos de un arco conopial, una ventana de forma renacentista y una portada de estilo postherreriano. 



 La torre se levanta en el ángulo que forman la cabecera y el crucero,  desde donde Pedro López de Padilla es amenazado con ser tirado al oponerse a la inhabilitación de su señora: la reina Juana I de Castilla. 



Detrás de la Iglesia sobrevive la ermita de la Cofradía de la Cruz, del siglo XVII. en el siglo XVIII se usó de panera de la parroquia. En el XIX pasó a ser el lugar de reunión del concejo. Y durante más de un siglo hasta 2004 fue la escuela. 

Se restauró en 2015 y actualmente está ocupada por la oficina de turismo y la biblioteca municipal.



Como herencia a esta larga tradición vinícola ha quedado una gran zona de bodegas, muchas de ellas en uso, así como un Aula de Interpretación en la que poder contemplar, dentro de una gran bodega restaurada, todo el proceso de elaboración del vino de la zona. 








El barrio de las antiguas bodegas está cruzado por media docena de calles asfaltadas. A la entrada han colocado una escultura contemporánea de un carral.


Quedan algunas viviendas tradicionales de piedra, junto a la plaza, y otras de adobe , cerca de la zona de bodegas. 



En 2015 Manolo Sierra pintó doce murales repartidos `por todo el pueblo.


En la ofician de turismo te entregan un tríptico para que puedas pasear la ruta de los murales.





Se conservan algunos tramos de la cerca-muralla medieval. En la calle que conduce a las bodegas un cartel nos informa del tema.




Según salimos hacia Fuensaldaña nos topamos con otro barrio de bodegas, más moderno.



domingo, 13 de junio de 2021

JULIA ESTÁ BIEN de Bárbara Montes

Ediciones B  marzo 2021

 Se trata de la historia de una abuela nonagenaria y su nieta treintañera.. Julia sobrevivió a la guerra y a los años del hambre. Comparten sus recuerdos y vivencias. Sofía, recién separada y en paro, vive en plena crisis personal y laboral  el año 2011. Dos acontecimientos históricos de 1939, en Alicante y Badajoz, sirven de telón de fondo del relato. 

La trama, muy bien construida, engancha al lector desde la primera página a la última. Predominan los diálogos sobre la narración. En su primera novela para adultos Bárbara Montes consigue con una mezcla de ternura y dureza crear una obra muy emocionante. La autora se ha inspirado en la historia real de su propia abuela. 

Al terminar la lectura de este libro llegas a la conclusión de haber descubierto una gran escritora. Esperemos que más pronto que tarde publique otras.




lunes, 7 de junio de 2021

MONASTERIO DE LA ARMEDILLA

Al Monasterio de la Armedilla, o mejor dicho sus ruinas, se puede acceder por la carretera de Cogeces  a Quintanilla. Pero también dejando aparcado el coche en el pueblo y caminando unos tres kilómetros. Si escogemos la segunda opción, la más saludable,  salimos del núcleo urbano tomando el valle del Arroyo de Cogeces, donde podemos admirar bodegas, fuentes, huertos cerrados y alamedas.



Cuando se abre a la derecha el Barco la Casa, subimos por él y sus pinares al páramo. Al poco tiempo de andar por el ras, ya empezamos a ver una airosa espadaña de tres arcos y, enseguida, el amplio y fértil Valle del ValdecasY aquí duerme como escondido, el que fuera Convento de la Orden de San Jerónimo y antes monasterio cisterciense Pero el origen hay que buscarle antes aún. Si contemplamos las ruinas, cerca de lo que fue el claustro vemos la entrada de una cueva, la Cueva de la Armedilla (o sea, de la hermediella o ermitilla) donde las gentes de la comarca veneraban desde lejanos tiempos una imagen de la Virgen con esta advocación.



Más tarde se construyó, junto a la cueva un edificio en el que se acogía a los peregrinos que llegaban a la gruta para venerar la imagen milagrosa. Y ya tenemos el origen de este lugar, hoy perdido. Poco queda de aquello. Los muros de la iglesia, la planta del claustro, algunas estancias llenas de piedras caídas, muchos zarzales, escaramujos y hierba recubriéndolo todo... Y dos fuentes que manan siempre. 


El sol pegaba de lo lindo, hacía calor pero nada más bajar a la Armedilla se notaba como iba refrescando. Cuent
a la tradición oral que alrededor del siglo XII unos pastores hallaron en una cueva de estos parajes la imagen de la Virgen que habría sido escondida en tiempos de la invasión musulmana, más de cuatrocientos años atrás. Este mito, tan usual en la explicación de la fundación de tanto monasterio se corresponde poco con la realidad porque la imagen de la Virgen es románica del siglo XII y difícilmente podría haberse escondido cuatro siglos antes. Esta imagen adquirió fama de milagrera y llegó a convertirse en la tradicional patrona de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. La elevada afluencia de fieles hizo necesario que se construyese junto a la cueva unas casas para albergue de peregrinos y lugar de junta y cabildo de las cofradías. Un cartel recibe al visitante con la explicación del plano y los restos conservados. 

El concejo cuellarano decidió en 1147 donar la ermita de Sante Marie de Armediella a los monjes cistercienses de Santa María y San Juan de Sacramenia (Segovia) para que fundaran allí un monasterio. En 1402 llegan los monjes de la Orden de San Jerónimo. Levantaron la mayor parte del conjunto a lo largo del siglo XV, en estilo gótico. No pude visitar la cripta porque no estaba abierto el recinto.

Junto a la antigua cueva se levantó el claustro. En los años veinte Francisco Antón estudió las ruinas y realizó un reportaje fotográfico. 


  Del claustro subsistían bóvedas viejas de principios del XIII en estilo cisterciense. Pero la gran reforma del siglo XVI modificó la arquerías sustentándolas en pilares cuadrados. El claustro, bastante austero, se situó al norte del templo antiguo por al disposición del terreno. De la iglesia vieja se bajaba a la cueva por unas escaleras.  Pero la nueva iglesia renacentista costeada por los Duques de Albuquerque, señores de Cuéllar la levantaron al otro lado, lejos de la cueva. 


Hoy solo quedan las paredes desnudas, las bóvedas han desaparecido. Cuando estuvo Antón, hace cien años todavía quedaban los arcos en difícil equilibrio.


Por el exterior quedan algunas ventanas de medio punto y la espadaña con crestas, usada como campanario. Me di un paseíto rodeando por fuera los restos del templo, disfrutando de la sombra de una abundante vegetación por el lado norte. 




La portada plateresca está fechada en 1512., conservaba su estructura cunado la fotografió Francisco Antón.


Permanecen algunos restos del muro exterior que cercaba el Monasterio por lo lados norte y este. 







Merece la pena acercarse para pasear un rato entre las piedras. Hay tantas en nuestra tierra que contamos pocos recursos para conservarlas. 



BIBIOGRAFÍA

Francisco Antón: "Monasterios medievales de la provincia de Valladolid"  Segunda edición ampliada  Librería Santarén  1942

Roberto Losa y Consuelo Escribano: PDF Guía de visita del Monasterio de Santa María de la Armedilla 700 años de historia Publicado en 2019 por la Consejería de Cultura y Turismo Junta de Castilla y León.