lunes, 7 de junio de 2021

MONASTERIO DE LA ARMEDILLA

Al Monasterio de la Armedilla, o mejor dicho sus ruinas, se puede acceder por la carretera de Cogeces  a Quintanilla. Pero también dejando aparcado el coche en el pueblo y caminando unos tres kilómetros. Si escogemos la segunda opción, la más saludable,  salimos del núcleo urbano tomando el valle del Arroyo de Cogeces, donde podemos admirar bodegas, fuentes, huertos cerrados y alamedas.



Cuando se abre a la derecha el Barco la Casa, subimos por él y sus pinares al páramo. Al poco tiempo de andar por el ras, ya empezamos a ver una airosa espadaña de tres arcos y, enseguida, el amplio y fértil Valle del ValdecasY aquí duerme como escondido, el que fuera Convento de la Orden de San Jerónimo y antes monasterio cisterciense Pero el origen hay que buscarle antes aún. Si contemplamos las ruinas, cerca de lo que fue el claustro vemos la entrada de una cueva, la Cueva de la Armedilla (o sea, de la hermediella o ermitilla) donde las gentes de la comarca veneraban desde lejanos tiempos una imagen de la Virgen con esta advocación.



Más tarde se construyó, junto a la cueva un edificio en el que se acogía a los peregrinos que llegaban a la gruta para venerar la imagen milagrosa. Y ya tenemos el origen de este lugar, hoy perdido. Poco queda de aquello. Los muros de la iglesia, la planta del claustro, algunas estancias llenas de piedras caídas, muchos zarzales, escaramujos y hierba recubriéndolo todo... Y dos fuentes que manan siempre. 


El sol pegaba de lo lindo, hacía calor pero nada más bajar a la Armedilla se notaba como iba refrescando. Cuent
a la tradición oral que alrededor del siglo XII unos pastores hallaron en una cueva de estos parajes la imagen de la Virgen que habría sido escondida en tiempos de la invasión musulmana, más de cuatrocientos años atrás. Este mito, tan usual en la explicación de la fundación de tanto monasterio se corresponde poco con la realidad porque la imagen de la Virgen es románica del siglo XII y difícilmente podría haberse escondido cuatro siglos antes. Esta imagen adquirió fama de milagrera y llegó a convertirse en la tradicional patrona de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. La elevada afluencia de fieles hizo necesario que se construyese junto a la cueva unas casas para albergue de peregrinos y lugar de junta y cabildo de las cofradías. Un cartel recibe al visitante con la explicación del plano y los restos conservados. 

El concejo cuellarano decidió en 1147 donar la ermita de Sante Marie de Armediella a los monjes cistercienses de Santa María y San Juan de Sacramenia (Segovia) para que fundaran allí un monasterio. En 1402 llegan los monjes de la Orden de San Jerónimo. Levantaron la mayor parte del conjunto a lo largo del siglo XV, en estilo gótico. No pude visitar la cripta porque no estaba abierto el recinto.

Junto a la antigua cueva se levantó el claustro. En los años veinte Francisco Antón estudió las ruinas y realizó un reportaje fotográfico. 


  Del claustro subsistían bóvedas viejas de principios del XIII en estilo cisterciense. Pero la gran reforma del siglo XVI modificó la arquerías sustentándolas en pilares cuadrados. El claustro, bastante austero, se situó al norte del templo antiguo por al disposición del terreno. De la iglesia vieja se bajaba a la cueva por unas escaleras.  Pero la nueva iglesia renacentista costeada por los Duques de Albuquerque, señores de Cuéllar la levantaron al otro lado, lejos de la cueva. 


Hoy solo quedan las paredes desnudas, las bóvedas han desaparecido. Cuando estuvo Antón, hace cien años todavía quedaban los arcos en difícil equilibrio.


Por el exterior quedan algunas ventanas de medio punto y la espadaña con crestas, usada como campanario. Me di un paseíto rodeando por fuera los restos del templo, disfrutando de la sombra de una abundante vegetación por el lado norte. 




La portada plateresca está fechada en 1512., conservaba su estructura cunado la fotografió Francisco Antón.


Permanecen algunos restos del muro exterior que cercaba el Monasterio por lo lados norte y este. 







Merece la pena acercarse para pasear un rato entre las piedras. Hay tantas en nuestra tierra que contamos pocos recursos para conservarlas. 



BIBIOGRAFÍA

Francisco Antón: "Monasterios medievales de la provincia de Valladolid"  Segunda edición ampliada  Librería Santarén  1942

Roberto Losa y Consuelo Escribano: PDF Guía de visita del Monasterio de Santa María de la Armedilla 700 años de historia Publicado en 2019 por la Consejería de Cultura y Turismo Junta de Castilla y León. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario