Estuvimos hora y media, pero da para más. No me dio tiempo a a entrar en la Biblioteca. solo a tomarme un café rápido. Las salas están dispuestas en un itinerario continuo empezando por la Edad media y Renacimiento, siguiendo por siglo XVII, siglo XVIII, indumentaria tradicional, varias del XIX y más del siglo XX. Especialmente interesantes, además de las históricas, las de Fortuny y Balenciaga.
Pero no solo vemos vestidos, trajes, patrones y todo tipo de complementos textiles. También cuenta la exposición permanente con una ambientación de cada sala con objetos de cada época (armas, joyas, libros, revistas, grabados, pinturas, cartones para tapices, libros, electrodomésticos, muebles, aparatos de óptica y sonido, ...). Aparece hasta la reproducción de una cafetería típica de la Belle Epoque.
Aunque no alcance el nivel de otros museos en cuanto a la indumentaria tradicional, (Etnográfico de Zamora, Plasencia, ,...), porque solo dedica una sala , están bien representadas todas las comunidades autónomas.
La mayor parte de las salas se dedican a la modas tanto del siglo XIX como del siglo XX.
Los carteles informativos, algunos vídeos, fotografías e imágenes ayudan mucho a entender las piezas expuestas.
Interesantísimo porque resume nuestra historia a través de la indumentaria.
Al final un espacio de pasarela permite a los visitantes hacerse algunas fotos de recuerdo.
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