viernes, 12 de septiembre de 2025

DIE ZAUBERFLÖTE (LA FLAUTA MÁGICA) EN HESSISCHES STAATSTHEATER DE WIESBADEN

 Trailer

Eine Oper, die die ganze Welt umspannt!

Orquesta Estatal de Hesse de Wiesbaden

Coro del Teatro Estatal de Hesse de Wiesbaden,

Producción de Uwe Eric Laufenberg. 

 Katleho Mokhoabane (Tamino), Sarah Yang (Pamina), Jonathan Macker (Sarastro), Celine Mun (Reina de la Noche), Sam Park (Papageno), Priya Pariyachart (Papagena), 

Dirección: Konrad Junghänel. Carsten Kochan

Domingo 12 de octubre de 2025, 16:00

Sábado 15 de noviembre de 2025, 19:30

Viernes, 28 de noviembre de 2025, 19:30

Sábado, 20 de diciembre de 2025, 19:30

Sábado, 27 de diciembre de 2025, 19:30

Vie., 09 Ene. 2026 19:30

Domingo 8 de marzo de 2026, 18:00 



¿Ópera o Siengspiel? En dos actos (1791),estrictamente hablando es un Singspiel alemán más que una ópera seria. Se trata de una forma que combina diálogo y canción. Algunos defienden que se trata de un precedente el musical actual. 

Música: Wolfgang Amadeus Mozart. Libreto de Emanuel Schikaneder (conocido actor, escritor, y empresario teatral) quien en el año 1791 propuso a Mozart la posibilidad de colaborar para hacer una ópera juntos. En su estreno tuvo un éxito moderado, pero en la actualidad es una de las más representadas en todo el mundo.

Compuesta en Viena, entre la primavera y el verano de 1791.  Se estrenó en el Freihaustheater auf der Wieden de Viena el 30 de septiembre de 1991. 



Se estructura en dos actos, con una obertura y veintiún números musicales vinculados entre sí por medio de diálogos hablados. Los números incluyen una introducción, siete arias, una aria con coro, dos dúos, tres tercetos, dos quintetos, una marcha y un coro. Hay un finale por cada acto, reuniendo en el segundo de ellos a todos los personajes. 

El libreto mezcla elementos procedentes de muy diversas fuentes. La polaridad Sarastro/Reina de la noche refleja la confrontación entre el pensamiento ilustrado y el Antiguo Régimen. En este contexto se sitúa la transformación de Tamino, Paminay Papageno, procedentes del mundo de la Noche evolucionan hacia el mundo de la Luz. 



Su obertura es un movimiento sonata fugado del tipo que Mozart había compuesto para el final de su Sinfonía "Júpiter" tres años antes. Los impresionantes acordes que abren la obertura (y que vuelven entre la exposición y el desarrollo) están tomados del Acto I de la ópera, donde significan la solemnidad del templo sagrado. La impulsividad del tema de la fuga se debe a los acentos desplazados: Mozart marca los tiempos bajos suaves y los altos fuertes, justo lo contrario de lo que hacían los músicos de su época. Extraída como música de concierto, la obertura es única por ser la única obra puramente instrumental de Mozart en la que se utilizan trombones.



T
iene arias magníficas para cada personaje:

La aria para soprano de La Reina de la Noche, O zittre nicht (cuadro I del acto I), en donde intenta motivar a Tamino para que libere a su hija, 

O Zittre Nicht

Der Hölle Rache (cuadro III del acto II), en donde aparece la segunda nota más aguda compuesta por Mozart para la música vocal, un fa5  para cuya interpretación se necesita un alto grado de virtuosismo.

Der Hölle Rache

También de bastante interés el aria "O Isis und Osiris", al inicio del segundo acto. En el que se encuentran rasgos francmasónicos. 

O Isis und Osiris

Otro momento destacable en el segundo acto es el aria de Pamina en Sol menor.

Aria Pamina

Canto de dos hombres con armadura en el segundo acto,  que acompaña a Tamino y Pamina durante su entrada al templo de los iniciados a través de las pruebas de fuego y agua. Este coro, que se escucha en la escena del acto II, proclama su entrada triunfal al templo y los reciben en la comunidad de la sabiduría y la luz.  

Los de la armadura con partitura  Finale II

Dos hombres con armadura




El príncipe Tamino no es precisamente un héroe en el sentido clásico: cuando las tres damas le confían la tarea de liberar a la hija de la Reina de la Noche de las garras del misterioso Sarastro, no se muestra entusiasmado. Pero una imagen de la joven princesa le inspira de repente una nueva motivación: se enamora perdidamente de la imagen de Pamina. Junto con el excéntrico cazador de pájaros Papageno, equipados con la flauta y las campanas mágicas, están listos (o no) para afrontar las tres grandes pruebas de Sarastro.




CRÍTICA EN CONCERTI 

El director artístico Uwe Eric Laufenberg no confió La Flauta Mágica ni a sí mismo ni a un reconocido director invitado, sino al director de la obra, Carsten Kochan. Crea imágenes coloridas y, sobre todo, deja que el teatro se desarrolle. Esto no siempre resulta cautivador, a menudo demasiado estático, pero también atrapa al público constantemente. Kochan sabe cómo conmover a los numerosos grupos reducidos de mujeres, sacerdotes y niños con vitalidad y elegancia. Para ello, confía acertadamente en el talento actoral, preciso y siempre audaz, de gran parte del conjunto de Wiesbaden, dirigido con encanto por Stephanos Tsirakoglou (Orador) y Sharon Kempton (Primera Dama).  El director también aborda algunas ideas interpretativas, pero estas a menudo quedan fragmentadas y el público las percibe solo como detalles difíciles de descifrar, como la ilustración de la obertura con Papageno como artista, o las máscaras tuertas que lleva el coro durante la prueba de fuego y agua. Un tema recurrente a lo largo de la producción es la lucha entre los sexos por la primacía y/o la igualdad, claramente evidente en muchos detalles del vestuario de Susanne Füller, inspirado en el Gründerzeit, y en la dirección, muy segura, del excelente coro.  

Konrad Junghänel preside el foso. Ha elegido una orquesta bastante pequeña, a la que cuesta acostumbrarse en la obertura, incluso suena un poco empalagosa. Pero una vez escuchado, lo que impresiona especialmente es el dramático sentido del tempo y la dinámica del director, que conduce a auténticos descubrimientos. El diálogo del orador, a menudo recitado con solemnidad, se transforma en una escena de conversación casi absurdamente relajada, con el «Wie stark ist nicht dein Zauberton» (¿Qué tan fuerte no es tu tono mágico?) de Tamino como un intermezzo tranquilo y alegre, a partir del cual se desarrolla con naturalidad el elemento dramático que urgentemente necesita la entrada de Sarastro. En la segunda parte, los numerosos solos cortos de viento-madera son particularmente impresionantes, como la introducción, dominada por el fagot, al aria de Pamina. La alegre y merecida Orquesta Estatal de Hesse parece llevarse bien con el director, quien no es precisamente conocido por su facilidad para dirigir. Así, a diferencia de muchos grandes teatros de los últimos tiempos, como los de Hamburgo y Colonia, el Teatro Estatal de Wiesbaden al menos no ha naufragado con su nueva Flauta Mágica y podrá presentarla en su repertorio durante años.

Finale Königin der Nacht


En los compases 11-15  del acto I Sarastro muestra su emoción en dos escalas ascendentes y     descendentes de semicorcheas, que dibujan una parábola melódica, cubierta por los violines primeros.


A continuación una progresión de quintas descendentes  (compases 16-21) ponen de manifiesto la armonía buscada por Sarastro





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