Nada más llegar a Pau subimos al Boulevard de los Pirineos, una Avenida de tiempos de Napoléon, con vistas sobre río Gave. Es un auténtico balcón panorámico, en los días despejados como este jueves santo ofrece vistas de las cumbres pirenaicas.
Nos encontramos con una manifestación de la CGT antes de llegar al castillo. Esta fortaleza del XIV transformada en Palacio Renacentista en 1529. Fue sucesivamente fortaleza de los vizcondes de Bearne, castillo fortificado en la época de Gastón Febo. Pau fue capital del Reino de Navarra desde que Enrique II trasladó la corte a esta ciudad debido a la ocupación de Pamplona por parte de las tropas castellanas y por la influencia de su mujer, Margarita de Angulema, quien se rodeó de artistas para reconstruir, ampliar, y restaurar el viejo castillo en estilo renacentista. Aquí nació en 1553 Enrique IV, rey de Francia y de Navarra.
Tiene una fachada de estilo plateresco.
Solo pudimos entrar al patio de Armas. El interior convertido en un museo estaba cerrado por Semana Santa. El castillo de Pau también destaca por su parque paisajístico y sus magníficos jardines renacentistas, por los que da gusto pasear...
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