Cines Casablanca. Valladolid.
En esta película predominan los paisajes y los planos largos. Suenan el acordeón y el piano, cantan las olas y los personajes, grita el volcán, ruge el viento pero el invierno blanco sale en silencio.
La fotografía es excelente, no podía ser menos contando la historia del pastor fotógrafo. Las imágenes de Islandia impresionan. Palmason acierta como director y guionista en su tercera película.
A finales del siglo XIX, un joven sacerdote danés viaja a una zona remota de Islandia para construir una iglesia y fotografiar a sus habitantes. Pero cuanto más se adentra en el implacable paisaje, más se aleja de su misión.
El poder de la imagen en 143 minutos.
La cámara es otro personaje más, el que refleja la tensión entre la naturaleza y el protagonista atormentado. Rodada en formato cuadrado con las esquinas redondeadas y con un grano fotográfico fake recuerda a las grandes películas del oeste. También en aquella Islandia las personas vivían pegadas a sus caballos.