KURHAUS. WIESBADEN.
19 de noviembre 2025 Siete y media de la tarde
Directo: Leo McFall
PROGRAMA
Sofía Gubaidulina: «Poema de cuento de hadas»
Gustav Mahler: «Canciones de un caminante»
Dmitri Shostakovich: Sinfonía n.º 8 en do menor
Berliner Philharmoniker (Dirige Petrenko, 2020)
El compositor, perseguido en ocasiones por Stalin, permitió que los horrores de la Segunda Guerra Mundial resonaran en su sinfonía. En los procesos temáticos se observa la influencia de Mahler. En julio de 1943, tras la batalla de Stalingrado, Dimitri Shostakovich comenzó a escribir su Sinfonía nº8 en do menor, Op.65. En ella trató de reflejar el sufrimiento del pueblo y las terribles consecuencias de la guerra. La partitura no fue bien recibida por la crítica soviética, que rechazó su tono trágico. Las autoridades, que ansiaban aires de victoria, retiraron la obra de las salas de concierto.
El primer movimiento, adagio, allegro non troppo, está escrito en una extensa forma sonata. Empieza con un dramático motivo interpretado por la cuerda en octavas, tema del destino. El primer tema es presentado por la cuerda. Los violines exponen una amplia melodía en forma de una angustiosa idea. El segundo grupo temático también es presentado por los violines, otro desconsolado tema, acompañado por simples diseños de la cuerda. En la sección de desarrollo el segundo tema es llevado hasta su clímax de un modo progresivo de forma brutal, seguido de unas partes bastante disonantes. Con el acompañamiento de ritmos militares el tema principal es interpretado en forma de canon por trompetas y trombones. En la recapitulación el tema del destino es presentado solemnemente en una versión disonante, siendo seguido por un meditativo solo del corno inglés, que nos lleva hacia la repetición del segundo tema. Las trompetas nos conducen hacia una coda sin esperanza.
El segundo movimiento, allegretto, consiste en una grotesca marcha que se transforma en una danza burlesca. El empleo del piccolo junto al fagot y al contrafagot, situados en los extremos tímbricos de la madera, le dan el aire de una extraña parodia.
El tercer movimiento, allegro non troppo, está descrito como una toccata. Una figura repetida por la viola en forma de ostinato es tomada por los primeros violines y luego por los segundos. De tiempo en tiempo se escuchan amargos gritos del viento. El ritmo va pasando de sección a sección por toda la orquesta. La trompeta empieza una marcha, una forma de fanfarria, sobre este ritmo punteado que pasa a la percusión. Continúa luego el ostinato en la cuerda. Se repiten los gritos del viento. La percusión se adueña de la tumultuosa coda.
El cuarto movimiento, largo, consiste en una serena passacaglia. El estallido de la percusión da paso a una amplia melodía, un tema elegíaco, que se repetirá en forma de variaciones una docena de veces. El clarinete realiza una expresiva versión, seguido de los punzantes sonidos del piccolo.
El último movimiento, allegretto, está construido en forma sonata. El primer tema introducido por el fagot expresa mayor serenidad. El segundo tema es interpretado por el violoncello. Durante el desarrollo se pierde esta serenidad, culminando en un clímax de forma más agresiva, usando el bombo y la caja para sostener el crescendo de las trompetas que interpretan un dramático tema. Continúa con una curiosa sección para clarinete bajo y violín, antes de empezar la breve recapitulación con su primer tema. La sinfonía termina con una tranquila coda, mediante un sostenido acorde de la cuerda que nos lleva al silencio. Es curioso comprobar como sobre el sostenido de la coda, la flauta interpreta débilmente, en forma invertida, el tema del destino del principio de la obra.

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