martes, 18 de julio de 2017

KOBLENZ

Nuestra dinámica habitual cuando vamos a Alemania consiste en reservar en hoteles al lado de la estación, es lo más práctico. Rondaba la una del mediodía cuando llegamos. Como es costumbre nos habían dejado cuatro botellas de agua, con gas, en la habitación.  Tuvimos suerte, las ventanas daban a la parte de atrás, no a la calle principal, el silencio reinaba por la noche.


Koblenz se encuentra en la desembocadura del Mosela en el Rhin. Vayas por donde vayas fácilmente acabas junto a uno de los dos ríos. Fundada por emperador Tiberio hace dos mil años toma su nombre de la "confluencia" -Koblenz- del Mosela y Rhin. Del siglo XII al XVIII perteneció a los Obipos de Trier -Tréveris-  y fue residencia de los Príncipes Electores desde el XVII.. Desde el Congreso de Viena (1815) pasó a formar parte del Reino de Prusia.



El centro de la ciudad vieja se recorre en poco tiempo. Da gusto llegar a todos los sitios paseando, sin necesidad de utilizar autobús o tranvía. Nos dirigimos primero a Jesuitenplatz.


Justo al lado se encuentra la plaza del ayuntamiento. con el Schängelbrunnen -el niño que escupe- .


El antiguo colegio de los jesuitas, 1694-1701, funciona como Rathaus. Los ventanucos rojos del tejado destacan sobre la fachada blanca.


Comimos en el centro comercial en un asiático. Mis nuddels con verduras y ternera estaban de rechupete. 
El lunes por la tarde seguimos recorriendo Altstadt, casco antiguo. En Görresplatz nos fotografiamos junto a la columna que recoge la historia de la ciudad.


En la plaza de Florinsmarkt se pueden ver parte de los edificios más antiguos de Koblenz. Kauf um Danzhaus, de 1419 y reconstruido en el XVIII, blanco y rojo, con un reloj en el centro, fue primero mercado y después salón de baile.

A su derecha está la corte de Justicia, Schöffenhaus, gótico de 1507.

Por último Bürresheimer Hof, barroco del XVII, con sus picudo tejado.
.

Florinskirche resalta sobre las demás construcciones de la plaza. En estilo románico del siglo XII, sobrevivió a los bombardeos de 1944-45.


Junto al puente sobre el Mosela se levanta  el antiguo castillo, Alte Burg, siglo XIII, Fue remodelado posteriormente y durante la ocupación francesa fue utilizado como fábrica.




Martes cuatro de julio por la mañana. Imagen sin palabras, como en algunas viñetas de periódico.


Tenía que pasar la prueba de fuego:  funicular hasta la fortaleza de Ehrenbreitstein. . No era para tanto, iba muy suave. En algunos minutos perdí el miedo al vértigo. Por si acaso iba bien agarrado a  las barras. Las vistas son impresionantes desde las cabinas panorámicas. Se sube cómodamente a 112 metros de altura.




La fortaleza se construyó en el siglo XVI, sobre los restos de un castillo medieval, sirviendo de defensa del valle del Rhin hasta la segunda guerra mundial. . Llegaron a vivir más de cuatro mil soldados entre sus muros. Estuvimos unas dos horas y media paseando por su interior, deteniéndonos en las estancias más interesantes que forman un museo de temas variados (fotos, pinturas, armas, histórico, arqueológico,...).

En la tienda localicé un libro "Die Festung am Rhein" , novela histórica ambientada en la fortaleza. " La fortaleza en el Rhin" relata una trama en 1822: . El hermano de Franzisca es arrestado por traición. Supuestamente vendió los planes a los franceses - después de todo, su padre común era un oficial de Napoleón. Para demostrar su inocencia, Franzisca depende de la ayuda del teniente Rudolph Harten. En la búsqueda del verdadero traidor, los dos se aproximan, como corresponde a un prusiano y una Halbfranzösin (mitad francesa, mitad alemana)...
Página web de la autora  http://www.mariawpeter.de/sites/index.php

Desde el mirador se contempla  Deutsches Eck -esquina alemana-. con una estatua ecuestre dedicada al emperador Guillermo I para conmemorar la unificación alemana. Se inauguró en 1897.


Las dos torres con cúpula en forma de cebolla de Liebenfrauenkirche sobresalen por encima de los otros edificios del casco viejo. Barroca del XVII, tuvo que ser reconstruida tras la segunda guerra mundial.

Münzplatz debe su nombre a que desde el siglo XI se acuñaban aquí las monedas del Electorado de Trier.

Detrás de la estación del funicular visitamos St Kastor, con su elegante jardín Blumenhof.

El miércoles cinco de julio por la tarde quedamos con Diego. Había ido a una probespil de la Reihnische Orchester Philarmonie. Desués de un paseo disfrutamos de un relajante rato de "terraceo"
Yo pedí una Klein Pilsen, un tercio. Alba y Diego se tomaron la consabida cerveza de trigo, dosis de medio litro; Conchi, una Coca-Cola.

Obssrva con atención  la esquina inferior izquierda de la foto. Le saco a pasear pero le uso poco, voy buscando la sombra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario