sábado, 12 de noviembre de 2022

Orquesta Sinfónica de Galicia 25 de Noviembre

 




Palacio de la Ópera A Coruña, ocho de la tarde

Director: Frans Aert Burghgraef

Estudió dirección orquestal en los conservatorios de Groningen y Utrecht. Desde el comienzo de su carrera como director en 2014, el Sr. Burghgraef dirigió casi todas las orquestas sinfónicas holandesas, como la Filarmónica de Róterdam, la Filarmónica de la Radio de los Países Bajos, la Orquesta Sinfónica del Norte de los Países Bajos, la Orquesta Filarmónica de los Países Bajos, la Filarmónica del Sur de los Países Bajos, la Orquesta Filarmónica de La Haya y Phion.



Programa:

Hector Berlioz Carnaval romano

Max Bruch Fantasía escocesa

Félix Mendelsohn Sinfonía número 3


La Fantasía escocesa fue compuesta por Max Bruch entre los años 1879 y 1880, y está dedicada al violinista navarro Pablo de Sarasate quién la estreno en Hamburgo en septiembre de 1880.

 I. Introducción : Grave; Allegro cantabile
II. Allegro
III. Adagio ; Andante sostenuto
IV. Finale ; Allegro guerriero

El compositor alemán Max Bruch se inspiró en la música folclórica y en la lectura de algunos textos de Sir Walter Scott. La Fantasía, compuesta entre 1879 y 1880, comienza con una sombría y bárdica introducción en la oscuridad estilizada de mi bemol menor. Después de ella, el primer movimiento propiamente dicho viene como una luz cálida y radiante. También es un movimiento lento. Bruch introduce la primera de sus canciones escocesas, "Auld Robb Morris", como un dúo folclórico para violín y arpa. El generoso tratamiento de esta melodía por parte de Bruch, en dos versos, nos recuerda que el título completo de la Fantasía incluye la advertencia "uso libre" (freier Benutzung) de las melodías folclóricas. Elemento fundamental en la interpretación de esta obra está en el empleo del arpa, que funciona como un segundo solista.


La parte principal del segundo movimiento se basa en una melodía de baile, "The Dusty Miller". Bruch lo desarrolla en variaciones virtuosas, y lo acompaña con zánganos y ritmos chugging. Parece que lo cierra enfáticamente, pero las violas de la orquesta recuerdan a "Auld Robb Morris" y el solista se une al ensueño reflexivo, que lleva directamente al tercer movimiento y a la infinitamente tierna canción popular "I'm a'doon for lack o' Johnnie".

Bruch marcó su último Allegro guerriero, una indicación inusual que encontró en el prefacio de la Sinfonía "Escocesa" de Mendelssohn. Esta robusta danza "guerrera" se basa principalmente en la tradicional melodía "Hey Tuttie Tatie", que Robert Burns utilizó para su poema patriótico "Scots, wha hae", donde se supone que son las palabras de Robert el Bruce en la batalla de Bannockburn en 1314. (Berlioz también usó la melodía en su obertura Rob Roy.) Bruch inserta material lírico de contraste, y justo antes del cierre final, el solista reflexiona una vez más sobre "Auld Robb Morris".

Sinfónica de Galicia 2014  Ramón Gamba ( director)  Stefan Jazkiw (violín)


Doce años median entre la visita a Escocia en 1829, donde Mendelssohn concibió los gérmenes iniciales de su tercera sinfonía «escocesa» y la conclusión y estreno de la obra en 1840, bajo la dirección del propio compositor en el Gewanhaus de Leipzig. En tan largo periodo de tiempo las memorias del Mendelssohn paisajista y viajero quedaron sumidas bajo concepciones puramente compositivas, meditadas durante más de una década, que dieron como resultado una compleja estructura formal novedosa e imaginativa. Las referencias a la historia escocesa y sus leyendas en las danzas vertiginosas y juegos guerreros que impregnan el Finale, el brumoso ambiente de las Highlands estallando en la tumultuosa tormenta del Allegro inicial, o el folclorismo del clarinete convertido en gaita en el alegre «pibroch» del Vivace, no ocupan un protagonismo de primer plano, quedándose en meros elementos de un gran proyecto formal.

Amante de las Islas Británicas, el compositor alemán Felix Mendelssohn se inspiró en una visita a Escocia en 1829 para escribir la Sinfonía "Escocesa". Tuvo un largo período de gestación, unos doce años. no completando la obra hasta 1842. El propio compostor dirigió la orquesta en el estreno que tuvo lugar en la Leipzig Gewandhaus el tres de marzo en 1842.




La sinfonía de Mendelssohn está en cuatro movimientos interconectados:

La fuerza de la obra es inmediatamente evidente en el tema de apertura de la introducción "Holyrood", una sombría melodía cantada por oboes y violas con un severo acompañamiento de vientos y trompetas. La introducción es solemne, como un himno que abre paso a los violines del Andante indicado por el autor. Luego viene un silencio después del cual inicia el Allegro con la indicación de “agitato” y poco después, durante veintiún compases, pianissimo. De hecho la sinfonía tiene indicado pianissimo como dinámica preponderante (inicia con un fortissimo, que sólo acentúa lo suave del resto), lo cual le da un carácter oscuro y denso, muy adecuado para el paisaje que describe, pues pocos lugares son tan lúgubres como Escocia. En cuanto a la velocidad, prácticamente todo el primer movimiento se interpretará Assai animato.


Escuchamos el Scherzo del segundo movimiento (Vivace non troppo) en todos los instrumentos y aunque Mendelssohn afirmó en sus cartas que le desagradaba la música folclórica y el sonido de las gaitas, no es posible ignorar las tonadas escocesas en esta parte. El tema principal es dado por un clarinete acompañado por las cuerdas en stacato después de unas pocas medidas de preparación en forma de abanico. Todo el movimiento se desarrolla a una velocidad vertiginosa acabando en un sutil pianissimo.

El tercer movimiento (adagio) se reparte entre un sonido melancólico y un ritmo de marcha, Los violines desarrollan una larga melodía bajo el fondo del pizziccato de las cuerdas graves y las llamadas lejanas de las trompas. Las trompas dominan en la segunda sección, el resto de la orquesta se añade con un efecto dramático.

El último movimiento vuelve al carácter escocés con toda su fuerza; las dinámicas reflejan el Allegro guerriero. La estridencia y la contundencia del Finale maestoso (como indica el compositor) vuelven a reforzarse por un sonido melancólico, pianissimo, que recrea una suerte de canto (en la partitura, Mendelssohn indica que debe parecerse a un coro).

GewandhausOrchestra Leipzig    Dirige Kurt Masur






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