Jerzy Maksymiuk – director
Janusz Olejniczak – piano
NFM Filarmónica de WroclawAuditorio NFM Wroclaw Siete de la tarde
Programa:
J. Maksymiuk Vers per archi
M. Ravel Concierto para piano en sol mayor
***
E. Elgar Enigma Variations op. 36
Philharmonia Narodowa Varsovia
La segunda pieza del programa es el ligero, brillante y humorístico Concierto en sol mayor de Maurice Ravel. Es una de las obras más importantes de este género escritas en el siglo XX. En él se pueden encontrar influencias de la música vasca, el jazz y las obras de dos compositores muy valorados por Ravel, Wolfgang Amadeus Mozart y Camille Saint-Saëns. Esta combinación resultó ser un gran éxito y la obra ha gozado de gran popularidad desde su estreno en 1932.
El plan original de Ravel era escribir un concierto para su propio uso. En sus apariciones públicas como concertista había preferido tocar piezas más fáciles como la Sonatina y era consciente de que su técnica no estaba a la altura de sus obras más exigentes, como Gaspard de la nuit. No fue hasta que la obra estuvo terminada, a finales de 1931, con un estreno no muy lejano, que Ravel abandonó sus aspiraciones y se dirigió a Marguerite Long para dar la primera actuación en su lugar. Esto lo hizo el 14 de enero de 1932, en la Sala Pleyel de París, con Ravel dirigiendo.
Los tres movimientos se establecen en el plan clásico, con dos movimientos rápidos que abarcan uno lento. El primer movimiento ofrece a su vez secciones rápidas y lentas, siendo este último la ocasión de algunos virtuosos vuelos melódicos para instrumentos solistas, en particular el fagot en la primera mitad, el arpa y la trompa en la segunda, mientras que a menudo piano se requiere que sea dulce en una mano y picante en la otra al mismo tiempo. La escala aplanada de Gershwin es muy evidente.
Gustave Samazeuilh contó que en 1911 él y Ravel
Estrenada en 1899, la Enigma op. 36 es una composición que le dio a Edward Elgar gran fama y reconocimiento de la comunidad musical internacional. La idea de escribir esta obra surgió de forma inesperada: una tarde de otoño, cansado de todo un día dedicado a la enseñanza, el compositor regresó a casa y comenzó a improvisar en el piano para relajarse. La melodía que tocó atrajo a su esposa, y Elgar comenzó a tocarla de una manera que reflejara el carácter de sus amigos o mostrara las aventuras compartidas con ellos. Le gustó tanto la idea que decidió componer una obra para orquesta, y cuando la terminó, le puso por título Enigma. El compositor le dio este nombre al tema principal pero agregó que es un contrapunto a una melodía muy conocida que decidió no incluir en la partitura. Elgar nunca reveló la fuente de su inspiración y rechazó consistentemente todas las propuestas de solución a este rompecabezas musical, que le sugirieron personas curiosas de la comunidad musical. La obra en sí abunda en diversos estados de ánimo. Hay movimientos líricos y reflexivos en él, también hay fragmentos coloridos e ingeniosos. Elgar presentó bocetos de catorce personajes. Su lista la abre la esposa del compositor y la cierra él mismo. Hay doce variaciones en el medio. Uno de ellos presenta una aventura vivida con un amigo, con el que escapaba una vez de una violenta tormenta. Entre los personajes presentados también hay... un bulldog.
Elgar fue considerado durante mucho tiempo como un intruso dentro del panorama musical de su tiempo: no había recibido una educación académica convencional ya que fue autodidacta, y era de un origen social humilde. Para rematarlo era católico en una sociedad mayoritariamente anglicana. Lo tenía todo para no triunfar, y sin embargo lo hizo y de que manera.
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