Lo más original es la parte de la historia contada a partir del punto de vista de Clara, la niña protagonista. Un supuesto lienzo de Velázquez en el círculo reducido de marchantes, falsificadores y adinerados inversores en arte ambientan el relato. El contexto histórico de los años treinta ayuda a a atraer el interés de los lectores.
Se nota mucho que la autora, se trata de su primera novela en solitario, es periodista. Pero no lo menciono como algo negativo, sino por la frescura de su castellano.
Una novela de misterio bastante interesante, le falta una pizca de pimienta. Pero seguro que la siguiente mejorará con creces.
RESEÑA
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