miércoles, 17 de enero de 2024

2024 AÑO BRUCKNER

 CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO


En 2024, la Alta Austria celebrará el aniversario de su compositor más influyente, Anton Bruckner. Las celebraciones tendrán lugar en numerosas ciudades, pueblos y aldeas de la región.

 2024 es el  “Año Bruckner”, genial compositor y organista austríaco, puente histórico y estético entre la revolución de Richard Wagner, al que idolatró, y la sinfonía como música total de Gustav Mahler, al que influyó decisivamente en el Conservatorio de Viena. El próximo 4 de septiembre de 2024 se cumplirán los primeros doscientos años transcurridos desde su nacimiento.


23 de marzo de 2024 Brucknerhaus Linz La Filarmónica de Viena celebra el 200.° aniversario del nacimiento de Anton Bruckner y los 50 años de la Brucknerhaus Linz. La Sinfonía n.° 7 de Anton Bruckner se utilizará como "serenata de cumpleaños". Bruckner la terminó un día después de cumplir 59 años. Se considera el punto culminante de la obra de BruckneR.

La Séptima. Filarmónica de Viena en Linz. 1974. Von Karajan.

La Séptima se postula como la sinfonía más célebre de entre todas las de Bruckner, y no sólo por la “claridad en la arquitectura” o la “plenitud irradiante de sus temas”, en palabras de François-René Tranchefort.  Posiblemente se trate de la más fluida y equilibrada de todas las de la serie.  Su movimiento final se antoja de una concisión muy de agradecer.  El prodigioso y conmovedor “Adagio” se halla imbuido de la doble impresión wagneriana que causó a Bruckner tanto la audición del festival escénico sacro Parsifal en Bayreuth —año 1882— como el fallecimiento del propio Richard Wagner en Venecia, a comienzos de 1883. 

10, 12 y 26 de septiembre, 4, 6, 10 de octubre de 2024 Brucknerhaus Linz Por primera vez, todas las sinfonías de Bruckner se interpretarán con su sonido original. Los instrumentos utilizados para las actuaciones se construyen según los métodos de construcción de la época de Bruckner. Escribió para instrumentos de cuerda con cuerdas hechas de tripa animal y para instrumentos vieneses de viento y metal con varios timbres, muy diferentes a los que se utilizan hoy en día. En esta experiencia de concierto única, las composiciones de Bruckner sonarán como él realmente quería que sonaran.

La Novena. Filarmónica de Viena  Carlo Maria Guilini


También es España se han programado conciertos con las sinfonías de Bruckner. 
David Afkham dirigió el primer sinfónico del año 2024 con la Orquesta Nacional de España, interpretando la Sinfonía núm. 8 en Do menor (versión de 1890, ed. Haas) de Anton Bruckner los días 12, 13 y 14 de enero en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música. Además la OCNE interpretará los días 19 y 20 de enero en el Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC)  la Octava Sinfonía de Anton Bruckner (en el Auditorio de Tenerife el viernes 19 y en el Auditorio Alfredo Kraus de Gran Canaria, el sábado 20 de enero). El seis de abril repetirán la octava esta vez en el Delibes de Valladolid. 


La OCNE en la red. La sexta.  Sinfónico 14. 

La Sinfónica de Galicia se encomienda a la batuta de Juanjo Mena para interpretar en el Palacio de la Ópera de La Coruña la Novena sinfonía de Bruckner estos días 12 y 13 de enero. También interpretará la Tercera del músico austriaco, el próximo 5 de abril bajo la batuta de Dima Slobodeniouk.



La música de Bruckner sonará el 18 y 19 de enero) en el Palacio Euskalduna dentro de la temporada de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. En este caso será la Sinfonía nº 4 “Romántica” (versión 1878/80, ed. Nowak), bajo la batuta de Ludovic Morlot.

BOS Cuarta Sinfonía  Günter Neuhold  2016





El problema Bruckner”  nace de las divergencias entre los manuscritos de Bruckner (que  legó en su testamento a la Biblioteca Imperial de Viena) y las partituras publicadas (algunas lo fueron por primera vez con carácter póstumo). Divergencias que tienen diferentes orígenes: a veces las revisiones de puño y letra del propio Bruckner, y por ello se habla de la “versión” tal o cual de una determinada sinfonía; a veces las intromisiones de terceros -aquí aparecen los nombres de Fritz Oeser, Alfred Orel, Ferdinand Löwe, o los hermanos Franz y Joseph Schalk-, que Bruckner podía aceptar o no -aunque no siempre fueron conocidas por él, ni siempre su veredicto al respecto llegó al editor-; y a veces las enmiendas sobre la marcha a la hora de preparar un concierto. El enfrentamiento entre los defensores de los manuscritos y quienes se inclinaban por las publicaciones estaba servido. Bruckner no podía decir la última palabra porque ya había muerto. 



Anton no olvidó San Florián. Allí compuso en muchas ocasiones, pudo volver a encontrarse con aquel viejo amigo,  el órgano del monasterio agustino. Los restos de Anton Bruckner, descansan para siempre allí, precisamente bajo el instrumento.



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