lunes, 1 de marzo de 2021

SENDERO DEL SABINAR

 SANTIAGO DEL ARROYO (Valladolid)

Entre las casas 18 y 20 de la calle Real de Arriba (la vieja carretera), comienza una ruta hacia el sabinar. Pasamos junto a una fuente.



Hay un buen camino que cruza el arroyo del Henar y atraviesa el Prado. Aquí se encuentra una chopera con mesas de merendero.



 Un poco más allá la Laguna del Prado. Es un pequeño humedal. Sus aguas se alimentan de las corrientes subterráneas, de las aguas freáticas.


En Santiago del Arroyo, el cauce del Henar da un giro de noventa grados hacia la izquierda, y bordeando el sabinar va a buscar las aguas del Cega, junto a Cogeces de Íscar.




Pasamos por debajo de la autovía y  a la derecha sale un camino hacia la  antigua fábrica de rubia (planta de la que se obtenía tinte rojo muy utilizado en el pasado en la industria textil). Antes de acabar en ruina, se dedicó a producir energía eléctrica.



Si al pasar la autovía por debajo seguimos el camino de la izquierda vamos viendo al frente, cuatro bodegas en la ladera. Se suben poco a poco los setenta metros de altura del páramo (853 m.)  desde el valle (776 m.). 



 Este páramo está rodeado por tres valles: el arroyo Valseca, el de Santa María y el del Henar. Vista del caserío y del camino que hemos traído, según vamos ascendiendo hacia el sabinar.



Es el único sabinar compacto de la provincia de Valladolid. La sabina ( Juníperus thurífera ), el enebro ( Juníperus oxycedrusy el ciprés son de la misma familia. La sabina puede alcanzar edad milenaria. Se adapta muy bien a las temperaturas extremas y a los suelos secos calizos. En el Sabinar también encontramos enebros, encinas, pinos piñoneros, espliego y tomillo. En cuanto a la fauna habita por aquí conejos, zorros, corzos, jabalíes, algunas águilas y buitres

La madera de sabina ha servido para la talla de imágenes y para la extracción de resinas aromáticas. Además, sus aceites naturales actúan como eficaz antiparasitario, las tablillas de sabina se utilizaban como antipolillas en los armarios de la abuela. El ramaje se quemaba para hacer sahumerios en las habitaciones de los enfermos, a fin de ahuyentar a los malos espíritus, y también en las ceremonias de purificación. Eso era por la fiestas de las Candelas y las Águedas.



Comenzamos a volver (siempre buscando el borde del sabinar). Observamos que vamos en paralelo a la carretera de Segovia enfrente se ve  el caserío de Santiago: al fondo Camporredondo, y en lo alto, Montemayor. 



Bajamos sin dar la vuelta por el camino, directamente por una cárcava. 



 En medio un almendro en flor.  Llegamos de vuelta a Santiago una hora y media después. El paseo fue muy agradable.  Doce grados de temperatura, sol y nubes, no se puede pedir más el último día de febrero. 




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