SANTIAGO DEL ARROYO (Valladolid)
Entre las casas 18 y 20 de la calle Real de Arriba (la vieja carretera), comienza una ruta hacia el sabinar. Pasamos junto a una fuente.
Hay un buen camino que cruza el arroyo del Henar y atraviesa el Prado. Aquí se encuentra una chopera con mesas de merendero.
Un poco más allá la Laguna del Prado. Es un pequeño humedal. Sus aguas se alimentan de las corrientes subterráneas, de las aguas freáticas.
Este páramo está rodeado por tres valles: el arroyo Valseca, el de Santa María y el del Henar. Vista del caserío y del camino que hemos traído, según vamos ascendiendo hacia el sabinar.
La madera de sabina ha servido para la talla de imágenes y para la extracción de resinas aromáticas. Además, sus aceites naturales actúan como eficaz antiparasitario, las tablillas de sabina se utilizaban como antipolillas en los armarios de la abuela. El ramaje se quemaba para hacer sahumerios en las habitaciones de los enfermos, a fin de ahuyentar a los malos espíritus, y también en las ceremonias de purificación. Eso era por la fiestas de las Candelas y las Águedas.
Comenzamos a volver (siempre buscando el borde del sabinar). Observamos que vamos en paralelo a la carretera de Segovia enfrente se ve el caserío de Santiago: al fondo Camporredondo, y en lo alto, Montemayor.
Bajamos sin dar la vuelta por el camino, directamente por una cárcava.
En medio un almendro en flor. Llegamos de vuelta a Santiago una hora y media después. El paseo fue muy agradable. Doce grados de temperatura, sol y nubes, no se puede pedir más el último día de febrero.
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