lunes, 20 de febrero de 2023

MIRANDA DE CASTAÑAR

   


  Llegamos poco antes de las once de la mañana a Miranda del Castañar la villa principal de la Sierra de Francia. La guía nos esperaba junto al castillo para la visita. Un domingo de febrero que parecía primavera.


En la torre del homenaje encontramos el escudo de los condes de Zúñiga, los señores de esta Comunidad de Villa y Tierra fundada en 1214.  El castillo construido en  los siglos XIV y XV está ahora en propiedad de particulares que prácticamente no se ocupan de su cuidado.



  
La planta es trapezoidal, rematada en las esquinas por sólidos cubos cilíndricos en los que se abren troneras y saeteras. La torre principal presenta un remate en matacanes, con ménsulas lobuladas.


La fortaleza preside la entrada al recinto histórico de la villa, al que se accede por la puerta de San Ginés. Esta es una de las cuatro puertas  de la muralla. Pero antes de cruzar al interior del casco viejo nos encontramos a la derecha con la antigua Alhóndiga, hoy edificio del ayuntamiento. 


Se trata del antiguo granero oficial que fue construido en el siglo en el siglo XVI. Sirvió para poder regular la producción y el comercio de los granos. Todavía se conserva la bonita fachada, originada en una de sus restauraciones entre los siglos XVIII y XIX. El edificio fue levantado en un terreno desnivelado. Tiene una planta rectangular y sus muros son de piedra de mampostería. En la fachada principal se aprecian dos cuerpos, La única decoración de la que dispone es  la de dos escudos y cartel en piedra encima de la puerta. 



Después de escuchar las explicaciones de la guía cruzamos la puerta de San Ginés, dejando a nuestra izquierda el castillo.



Paseamos por la calle derecha o calle larga que cruza Miranda  hasta la salida contraria de la muralla la puerta de la Cuesta. Aquí se puede apreciar la arquitectura típica de la Sierra de Francia y varios palacios. 




Desde la calle principal bajan otras en perpendicular hacia la muralla. Eso permite desaguar el centro histórico sin que afecte a las viviendas. El palacio más vistoso es la Casa del Escribano. Con fachada de piedra de cantería, data del siglo XVII y aún hoy conserva algunos blasones familiares.




En  la fachada sobresale el escudo de la familia Valbuena. 


Y a ambos lados de la portada las marcas de los canteros.


Al final de la calle salimos a la ronda de la muralla por la puerta de la Virgen de la Cuesta.



Desde allí se tienen excelentes vistas de los olivares, almendros, viñas, arbolado y al fondo la Peña de Francia. La variedad de aceituna que se recoge aquí es la manzanilla cacereña.



Se conserva muy bien la muralla que se puede ver en el camino de ronda entre la puertas de la Virgen de la Cuesta y el Postigo. 





El microclima  con un suave invierno permite incluso el cultivo de naranjos. Entramos por el Postigo otra vez al interior. Recorrimos el pasillo que usaban para hacer las guardias.




Por allí fuimos hasta la plaza de a villa. A la derecha se sitúa la iglesia y de frente la torre junto a la cárcel. 



La Iglesia de Santiago y San Ginés, gótica de los siglos XIII y XIV, ha sido restaurada hace poco. 

La torre de las Campanas  situada al otro lado de la plaza de la iglesia, fue construida en el siglo XVII.



Seguimos paseando de nuevo hacia la calle derecha para salir hacia el antiguo patio de armas del castillo por la puerta de San  Ginés. Allí nos esperaba el autobús para acercarnos a Mogarraz donde íbamos a comer y pasar la tarde. 





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