Dieciséis de diciembre. Siete de la tarde.
Programa:
K.
Saariaho Asteroid
4179: Toutatis
B.
Bartók Concierto
para violín n.° 1
***
G.
Holst Planet
Op.
32
Intérpretes:
Giancarlo
Guerrero - director
Gidon Kremer - violín
NFM Choir
Lionel
Sow - dirección artística del NFM Choir
NFM Wrocław
Philharmonic
El espacio exterior siempre ha despertado el interés humano. Los artistas, incluidos los compositores, están constantemente fascinados e inspirados por él. Esta noche escucharemos dos trabajos que tratan sobre cuerpos celestes: Asteroide 4179: Toutatis Kaiji Saariaho y los famosos Planetas Op. 32 de Gustav Holst. El repertorio se completará con el Concierto para violín n.° 1 de Bela Bartók, compositor que lleva el nombre de uno de los asteroides que orbitan alrededor del Sol.
Asteroid 4179: Toutatis es una obra orquestal de la compositora finlandesa Kaiji Saariaho. Toutatis es en realidad un pequeño asteroide llamado así por el dios celta Teutates. Es uno de los asteroides potencialmente peligrosos que teóricamente podría golpear la Tierra. El hecho de que su órbita sea la más cercana a nuestro planeta le inspiró esta composición de 2005.
Audición con partitura
Kaija Saariaho (Helsinki, 14 de octubre, 1952) estudió composición en Helsinki, Freiburg y París, donde ha vivido desde 1982. Sus estudios en el IRCAM tuvieron una gran influencia en su música y sus texturas, característicamente lujosas y misteriosas, son creadas a través de una mezcla de música en directo y producciones electrónicas. Aunque la mayoría de sus composiciones son obras de cámara, desde mediados de los noventa ha evolucionado hacia unas obras de mayor fuerza y estructuras más amplias, tales como óperas, Salzburg Festival (que se estrenó en los Estados Unidos en 2002), y Oltra mar, encargo de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Su segunda ópera Adriana Mater fue encargada por la Opera Nacional de París para 2006.
La materia del universo estimula la creatividad de los creadores, pero también en cierto sentido es creada por ellos, o más bien estructurada uno de los asteroides descubiertos el 12 de marzo de 1988 por Jeff Alu en el El Observatorio Palomar en California lleva el nombre del compositor húngaro Bela Bartok.
Durante el concierto interpretado por Gidon Kremer, escucharemos el Concierto para violín n.° 1, completado por Bartók en 1908. La obra esperó mucho tiempo para ver la luz del día, ya que el compositor entregó la partitura de la composición a Stefi Geyer, violinista. A petición expresa de la mujer, el manuscrito no fue publicado hasta después de su muerte en 1956.
Württembergische Philharmonie 2019
El punto culminante del programa será la suite orquestal de Gustav Holst Planetas, op. 32, está compuesta por "una serie de imágenes atmosféricas": Marte, Venus, Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. La fuente directa de inspiración para el creador fueron los textos de Alan Leo, investigador de la influencia del movimiento planetario en la vida humana y experto en horóscopos. La suite, llena de referencias extra musicales y simbolismo intertextual, sigue siendo la obra más importante del compositor hasta el día de hoy.
Orquesta Sinfónica de Galicia 2016
"Marte, el Portador de la Guerra": Las fanfarrias de latón suenan desdeñosamente mientras los timbales proporcionan apoyo. El repentino cese de la actividad es sólo una pausa antes de un ataque aún más violento, con una puntuación rítmica que late sin piedad. Está escrito en 5/4 y le da ese toque inquietante y perturbador a la pieza.Este movimiento es tan famoso y popular que seguramente sientes que lo has escuchado antes porque incluso el compositor John Williams se inspiró en esta pieza para crear su Marcha Imperial para la banda sonora de Star Wars.
"Venus, el Portador de la Paz" nos trae una atmósfera musical tranquila, desde el principio del movimiento podemos escuchar melodías de arpa y flauta con un austero violín solista.
"Mercurio, el Mensajero Alado" se desarrolla en un impresionante scherzo orquestal, con arpas, celesta y un violín solista que baila con una efímera melodía. Después de una apertura estrenduosa con Marte, y una segunda pieza llena de tranquilidad, Holst nos trae su tercer movimiento. Es la pieza más corta de toda la suite, sin embargo, es la más rápida de todas también. Las agudas melodías tocadas por arpas, flautas y el glockenspiel nos hacen imaginarnos notas musicales brincando felices por todos lados como locas.
"Júpiter" es el movimiento más inglés de la obra, con los altos espíritus de este planeta proyectados a través de una amplia e infecciosamente energética melodía. Luego entra un tema procesional más serio y majestuoso, su dignidad real completamente intacta, tras lo cual regresa la vigorosa melodía.Al llegar al minuto 2 con 55 segundos escucharás una melodía bella y conmovedora.. Esta melodía es muy conocida en la actualidad ya que es un himno patriótico en Reino Unido conocido como I Vow To Thee My Country. La letra de este himno es un poema de Cecil Spring Rice que en 1921 Gustav Holst musicalizó utilizando esta pequeña melodía de Júpiter. Está asociado con el Día del Recuerdo en Reino Unido, de los caídos en la primera guerra mundial.
En "Saturno, el Portador de la Vejez", llena la sección, primero con solemnidad, luego con indignación cuando las campanas suenan salvajemente. Pero la protesta es inútil, y el inevitable viaje continúa, esta vez terminando en una paz transfigurada.Finalmente podemos hablar un poco de la simetría de la obr. Júpiter es el centro y a los lados tiene obras musicales que son imágenes espejo unas de otras. Saturno es el espejo de Mercurio: mientras la música de Mercurio es juguetona, ligera y alegre, Saturno nos trae una atmósfera pesada, lenta y deprimente. Es el movimiento favorito del compositor.
"Urano, el Mago": tiene un aire un tanto desconcertante, notas musicales que aparentan no estar en armonía entre ellas tocadas a un ritmo de baile extravagante.Urano es el espejo de Venus: mientras la música de Venus es elegante, la de Urano es salvaje, Venus es sublime mientras que Urano es vulgar.
"Neptuno, el Místico":es la pieza más misteriosa de todas, además de ser lenta y suave en naturaleza. No se puede apreciar un tema melódico característico, ya que es más bien una interacción de muchas melodías entrelazadas entre sí, tocadas con instrumentos que refuerzan aún más ese aire misterioso que tiene la pieza. Podemos darnos cuenta de que Neptuno también es un espejo musical, esta vez de Marte: Marte es rítmico y lleno de energía, mientras que Neptuno está quieto y casi inmóvil, además de que ambas piezas están escritas en un tiempo de 5/4. La transparencia de la partitura se intensifica al final por un coro de mujeres, bajando el volumen poco a poco.
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