El jueves ocho de diciembre nos recibió Portugal con un tiempo horrible para hacer fotos, una neblina meona que fue levantando poco a poco.
Está a 10 km de la frontera con España y es la localidad más alta del Alentejo (840 metros) Asentada en un risco de la sierra de São Mamede nos ofrece un cuidado y amurallado casco histórico que nos propone un viaje en el tiempo al bastión defensivo contra los ataques de Castilla.
Tras su conquista por Alfonso I en 1160 se incorporó al reino de Portugal y fue cedido a los Caballeros Hospitalarios, quienes ampliaron el castillo convirtiéndolo en una característica fortificación medieval. Para mejorar y garantizar la protección, a principios del S. XIV, se dotó a la villa de una muralla urbana.
La segunda Portas do Rodao ( es doble, de ahí que su denominación sea en plural). y la tercera el postigo de Torrejao.
Dentro de las murallas, se esconde un precioso conjunto de la típica arquitectura alentejana, estrechas calles cruzadas por arcos góticos, ventanas manuelinas, balcones de hierro forjado, casas encaladas y otros detalles de interés en rincones con mucho encanto.
El castillo fue mandado construir por Ibn Marwan, que se refugió en él durante su lucha contra el emirato de Córdoba. También fue escenario de la Reconquista y de otros conflictos posteriores. El conjunto, muy bien conservado, es una superposición de fortalezas de diversos períodos de construcción.
Destaca la cisterna, Es una de las más grandes de los castillos portugueses, con cerca de 10 metros de altura y 46 de ancho. Aquí se acumulaba agua para aproximadamente 6 meses, algo sumamente esencial para que la villa pudiese resistir a un asedio prolongado.
Pasada esta primera zona, se llega al Patio de armas o Albacar. Desde aquí se puede subir a las murallas y a La Torre del Homenaje, además de varios miradores con torres vigías y cañones, que ofrecen vistas espectaculares tanto del paisaje como del propio castillo. Se trata de una construcción del siglo XIII, pero varias veces renovada.
. Cuando te acercas al castillo deberás pasar por los jardines de Santa María junto a la iglesia del mismo nombre.
El Museo Municipal es un buen ejemplo de la recuperación del patrimonio de Marvão, Se encuentra en la iglesia de Santa Maria. A finales del siglo XX se decidió darle un nuevo uso a este encalado templo del siglo XIV.
Gracias a las donaciones de numerosos vecinos, En una sola sala, se recogen objetos y piezas que repasan la historia de esta zona. Entre todas ellas destaca un llamativo fresco que data del siglo XVII.
La Iglesja de São Tiago se construyó en el siglo XIV y el color blanco está presente tanto en su exterior como en el interior. Perteneció a la Orden del Hospital y luego al Priorato de Malta. Del exterior destaca el ventanal que hay encima de la portada de entrada y la torre campanario rematada por una semiesfera. El interior, compuesto por tres naves separadas por tres arcos quebrados y con bóveda de madera, conserva el espacio primitivo.
Chafurdão En el parque situado enfrente de la iglesia de Santiago encontramos una choza portuguesa, un tipo de vivienda antigua típica de la Serra de San Mamés; está hecha con piedras y un techo de paja.
La Iglesia del Espíritu Santo se encuentra en una de las calles más bonitas de Marvão (Rua de Cima), esta iglesia renacentista del S. XVI, está ligada a la primitiva Misericordia. Aquí, en la época medieval había una casa de asistencia precursora de esta institución. La iglesia tiene una fachada muy austera, pero a su vez muy bonita. Destaca la portada principal de entrada, típica del renacimiento. En la parte superior de la misma se puede ver una curiosa calavera .
Seguimos paseando, ya asomaba algo de sol entre la niebla, y entramos a tomar un cafetito reconstituyente. El autobús nos esperaba fuera de las murallas. Junto a la puerta han colocado una maqueta táctil para invidentes.
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