Los reyes de Portugal del siglo XV escogieron esta ciudad, cuyo origen se remonta a la época romana, como su residencia. Su larga historia y el hecho de haber conservado hasta nuestros días un conjunto urbano representativo de los siglos XVI a XVIII fueron los motivos por los cuales la UNESCO catalogó Évora como Patrimonio Mundial.
Para comenzar una tarde gris fuimos a la Praça do Giraldo. Es el corazón de la ciudad, el punto de encuentro, con cafés, terrazas, tiendas y la oficina de turismo. En uno de los extremos se encuentra la Iglesia de San Antonio y el chafariz de mármol con 8 caños, que representan las ocho calles que allí convergen.
Tanto en la plaza como la Rúa de la República y la Rúa Nova pudimos protegernos de la lluvia fina bajo los soportales. En ese momento pasaba por allí la Tuna femenina.
A dos minutos andando está la Sé de Évora. Es la mayor catedral medieval de Portugal. Fortificada de traza gótica, fue iniciada en 1186 y consagrada en 1204. Desde un principio, usada como uno de los grandes templos del culto mariano -Virgen de la Asunción-, no pudo terminarse hasta 1250. Es un monumento en el que se comprueba la transición del estilo románico al gótico, con posteriores añadidos renacentistas y barrocos. Lo más interesante de la visita es que por un módico precio puedes acceder tanto al claustro como las terrazas desde dónde puedes recrearte en as vistas y hacer buenas fotos.
La fachada está flanqueada por dos torres, ambas medievales, estando las campanas colocadas en la torre sur. La torre norte alberga parte del valioso tesoro perteneciente al Museo de Arte Sacro.
El notable cimborrio central, construido a finales del siglo XIII durante el reinado de D. Dinís, es el elemento más representativo de la catedral.
El pórtico principal constituye uno de los más impresionantes portales góticos de Portugal, con los bultos redondos de los Apóstoles del siglo XIV realizados por el Maestro Pêro, la figura más destacada de la escultura gótica del país.
Además del pórtico principal existen otras dos entradas: la Puerta del Sol, orientada al sur, con arcos góticos; y la Puerta Norte, reedificada en el periodo barroco.
El interior está distribuido por tres naves con cerca de 80 metros de longitud. En la nave central se puede contemplar el altar de Nossa Senhora do Anjo (conocida localmente como Nossa Senhora do Ó), con imágenes en mármol policromado de la Virgen y del Ángel Gabriel.
El altar del siglo XVIII y la capilla mayor en mármoles de Estremoz son obras barrocas de J. F. Ludwig, conocido como Ludovice, arquitecto que fue del Palacio de Mafra al servicio del rey D. João V (1706-1750). En la capilla, se encuentra expuesto por encima de la pintura de Nossa Senhora da Assunção un hermoso crucifijo conocido como «Pai dos Cristos». En el transepto, se accede a las antiquísimas Capillas de São Lourenço y del Santo Cristo y a las Capillas de las Reliquias y del Santísimo Sacramento, decoradas con adornos de talla dorada. En la parte norte, se encuentra el espectacular portal renacentista de la Capilla de los Morgados do Esporão.
Y en el coro alto destaca una valiosísima sillería renacentista esculpida en madera de roble y un órgano de considerables dimensiones, también del XVIII. No pudimos subir al coro porque estaba ensayando el organista.
Finalmente, se puede visitar también el claustro gótico del 1325. Aunque no destaca por sus capiteles si son interesantes las bóvedas, los arcos y la sala capitular. Y aún más las vistas del lateral del edificio.
Justo detrás de la catedral hay una plaza que antes era el patio del Palacio renacentista de los Condes de Basto. Desde allí vemos el edificio de la Universidad, del XVIII.
El Templo Romano, con una antigüedad de 2000 años, es un símbolo de Évora y una de las ruinas históricas más importantes del país. El Templo Romano data del s. I, de la época de Augusto.
Su larga historia también es el relato de muchas transformaciones y utilizaciones diferentes a lo largo de los siglos. Prácticamente destruido cuando los Bárbaros estuvieron en la Península Ibérica, en el s. V, sirvió de casa-fuerte al Castillo de Évora y de matadero en el s. XIV. Su carácter romano sólo fue recuperado en el s. XIX, en una de las primeras intervenciones arqueológicas realizadas en Portugal. Es testimonio del foro romano de la ciudad de Évora, consagrado al culto imperial, estableciéndose una tradición en el s. XVII que lo relacionaba con la diosa Diana. Por ello, durante mucho tiempo fue identificado como Templo de Diana. Las excavaciones recientes han revelado que estaba rodeado de un pórtico y un estanque.
La Iglesia de Graça fue construida en el s. XVI, durante el reinado de João III, según el proyecto de Miguel de Arruda. Monumento singular, de influencia palladiana, posee un carácter robusto en su fachada manierista, donde un pesado pórtico termina en un doble frontón superpuesto por ángeles. En las esquinas, se sientan cuatro robustos atlantes, simbolizando cuatro ríos (a los que el pueblo denomina, con cierta ironía, los "Meninos da Graça").
La Iglesia de São Francisco e Capela dos Ossos: En la fachada sobresale una galería con arcos de estilos diferentes, un ejemplo típico del "matrimonio" entre los estilos gótico y morisco que se encuentra en múltiples monumentos de esta región de Portugal. Sobre el portal manuelino, observe en las insignias de los reyes que dispusieron su construcción, João II y Manuel I, respectivamente el pelícano y la esfera armilar.
La iglesia tiene la particularidad de tener una nave única, que termina en una bóveda de nervios, la de mayor vano en el gótico portugués. En ambos lados, se encuentran doce capillas, todas revestidas de talla barroca. La capilla mayor, datada de principios del s. XVI, mantiene aún relevantes elementos renacentistas como las tribunas. Observe en la capilla de Ordem Terceira, en uno de los brazos del transepto, la armoniosa decoración de piedra, talla y azulejo.
La Iglesia de San Juan Evangelista: Su interior está completamente revestido de azulejos del Siglo XVIII pintados a mano. A su lado el Palacio de los Duques de Cadaval no tiene un estilo arquitectónico definido.
Paseando por Évora encontramos varias puertas de la muralla medieval y de la muralla moderna. es una ciudad muy bonita con mucha historia. Tiene multitud de rincones para admirar.
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