La privilegiada localización de este pequeño pueblo, en lo alto de la colina, con vistas al río Guadiana y a la frontera con España, lo hizo muy codiciado por los pueblos que lo disputaron. Fue arrebatado a lo en 1167, en una incursión militar que partió de Evora. El rey Sancho II donó esta localidad a los templarios a principios del siglo XIII. Las huellas dejadas por la Orden de los Templarios, más tarde Orden de Cristo, aún perviven entre las murallas del castillo.
La muralla tiene cuatro grandes puertas. La principal, Porta da Vila (Puerta del Pueblo), en el extremo opuesto al castillo, está protegida por dos torres semicilíndricas. Encima de su arco gótico hay una piedra conmemorativa dedicada a la Inmaculada Concepción, colocada allí por el rey João IV en 1646.
La Puerta de Évora, en el lado norte de la muralla, también con arco gótico, está protegida por una torreta cúbica.
Las otras dos puertas, d’Alcoba y Buraco, tienen un arco completo.
Al final de la calle principal, rua Direita, aparece el castillo, Construido por el rey Dinis, en el siglo XIV, está clasificado como Monumento Nacional de Portugal.
Alrededor del año 1830, y tras el cese de sus funciones militares, la antigua Plaza de Armas de comenzó a ser utilizada como plaza de toros. Hoy en día, sirve a este propósito principalmente durante las festividades anuales en honor de Nosso Senhor Jesus dos Passos.
El Castillo de Monsaraz es un lugar turístico único en Portugal. Es uno de los lugares más espléndidos para contemplar el maravilloso Embalse de Alqueva. Este el lago artificial más grande de Europa y una de las mayores construcciones portuguesas del siglo.
Siguiendo por Rua Direita se llega a Largo D. Nuno Alvares Pereira. En diciembre Monsaraz parece una postal navideña con piezas a tamaño natural de un Belén repartidas por las calles-
En la Plaza está la iglesia de Nossa Senhora da Lagoa, construida en el siglo XVI en estilo renacentista,. Posee un bello frontón, decorado con un panel de azulejos y una cruz de la Orden del Cristo. Lamentablemente estaba cerrada por restauración.
Los edificios como la Casa Monsaraz, de finales del siglo XVII, con el escudo del pueblo; el Hospital del Espíritu Santo y la Casa de Misericordia nos recuerdan a los pueblos blancos andaluces.
A pesar de ser un pequeño pueblo encontramos varias ermitas e iglesias diseminadas por sus dos calles longitudinales y cinco transversales.
Anochece pronto en estas fechas. Aunque la falta de luz puede ser un problema para las fotos ofrece la oportunidad de vistas nocturnas con luz artificial. Fuera de la muralla se construyó el pueblo nuevo cerca de los baluartes exteriores.
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