Cuenta la leyenda que en torno al siglo XI, un sacerdote trasladó a Valladolid la imagen de una Virgen procedente de la localidad de Consuegra, en Toledo, para protegerla de los saqueos musulmanes. El sacerdote escondió la imagen de la Virgen en un lugar lejos de ojos curiosos, concretamente en una cueva pequeña a orillas del río Pisuerga. Esta se encontraba cerca de la Puerta de los Aguadores ubicada a extramuros de la ciudad de Valladolid. Ya entrados en el siglo XII, dice la leyenda que en torno a 1125 un pastor que cuidaba de su ganado a orillas del río Pisuerga, descubrió, casualmente, la imagen de la Virgen de San Lorenzo con el niño en su regazo en aquel lugar. Aquel descubrimiento no fue baladí y se tomó como milagroso. Desde ese momento, la Virgen de San Lorenzo estuvo ubicada en la Puerta de los Aguadores recibiendo el nombre de Virgen de los Aguadores. A medida que transcurría el tiempo, la devoción a esta Virgen iba en aumento. En 1485, Don Pedro Niño decidió construir sobre la ermita una iglesia dedicada a la Virgen de San Lorenzo para albergar la talla. Desde entonces, la Iglesia de San Lorenzo guarda con mucho cariño a la que es la Patrona de Valladolid.
Ocho de septiembre 2022. La Patrona procesiona siempre el día grande de la Fiesta. Primero sale de la iglesia de San Lorenzo hasta la catedral. Después de la misa hace le viaje de vuelta, de la Catedral a la Iglesia de San Lorenzo pasando por la calle Regalado, Duque de la Victoria, Ferrari, Plaza Mayor, Pasión y plaza de Santa Ana.
El primer documento que nos recuerda la antigüedad de la procesión es un cuadro de 1601 de Matías Blasco, en este caso e representa saliendo del Palacio Real de Felipe III. Se realizaba una rogativa por parto de la reina doña Margarita, el nacimiento de la infanta Ana María Mauricia.
Enseguida el grupo de danzas castellanas Huerta del Rey.- cada año corresponde a un grupo diferente en riguroso orden- baila La Galana para homenajear a la Virgen.
Bajan hacia la plaza Mayor la imagen en andas, los cofrades, las autoridades, las dos bandas, el grupo de danzas y la muchedumbre que sigue la procesión.
La Plaza Mayor al lado de la histórica acera de San Francisco aparece alfombrada como todos los años. La alfombra artística se realiza con más de cuatro mil kilos de marmolina y arena. Solo los porteadores de la talla de la Virgen la pisan.
El resto de los participantes en la procesión la bordean. La alfombra ornamental está diseñada por el maestro José Gerbolés.
Están documentadas procesiones con rogativas a la Virgen de San Lorenzo desde el siglo XVI: El 4 de mayo de 1561, por sequía, el 21 de septiembre de 1561, por incendio de la calle Platerías que se extendió y destruyó 440 casas, en el mes de agosto de 1599 por peste de secas y carbuncos. En el siglo XVII por pestes y sequías en más de una docena de años. Nada que nos suene a nuevo y ya estamos en el siglo XXI.
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