Para entrenar la mirada y ser capaces de ver todos los detalles de cualquier obra de arte es necesario mantener muy abierta nuestra mentalidad. ¿Y hay alguna herramienta mejor para la apertura de nuestra forma de pensar y percibir que la lectura?. Por eso os recomiendo la lectura de este libro aunque choque bastante con perfiles de personalidad racionalista.
Es cierto que se cerca demasiado al esoterismo de Iker Jiménez pero también que nos ayuda a observar las obras de arte desde otro punto de vista. No soy ni mucho menos fan de Sierra. Esta obra se lee fácilmente, entretiene e incluso ayuda a reflexionar.
Empieza con el Bosco y las pinturas del Paleolítico. Son buenos ejemplos para arriesgarse en interpretaciones simbólicas. Yo me encuentro mucho más cómodo analizando la iconografía de la mitología clásica. Hay para todos los gustos. El clasicismo grecorromano y el renacimiento son idiomas que puedo entender. Pero de vez en cuando debemos salir de nuestra zona de comodidad y plantearnos más interrogantes que certezas.
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