La importancia histórica de Villarcayo se debe a una decisión del Rey Felipe II. En el año 1.560 trasladada a esta localidad la Capitalidad de servicios administrativos de Las Merindades hasta ese momento situados en Medina de Pomar.
La Plaza Mayor forma un conjunto de urbanismo rural típico del norte de Castilla. Destaca el edificio que aloja la Casa Consistorial, con soportales neoclásicos, de 1891. La plaza también cuenta con una hermosa fuente iluminada construida a principios del siglo XX y un templete, quiosco de la música, rodeado de bellas galerías acristaladas.
La Torre del Reloj. Situada detrás del ayuntamiento, en el edificio del juzgado, que ocupa las dependencias de la antigua casa de justicia y cárcel, de las que quedan pocos restos: Un escudo con las armas reales de España y la denominada Torre del Reloj (siglo XVI).
El año 1997 fueron enriquecidas sus paredes, a iniciativa de la Asociación Cultural Amigos de Villarcayo, con los escudos de las siete antiguas merindades de Castilla la Vieja. Como antiguos símbolos y blasones en las fachadas de las mismas.
La Iglesia de Santa Marina se terminó en 1968, en la fachada destacan los mosaicos a los lados de la entrada principal y vidrieras. Pero sobresale su interior, una versión a mitad de camino entre el funcionalismo y el modernismo.
Después de comer nos acercamos a las ruinas del Monasterio de Rioseco a 11 km de Villarcayo. Este lugar lo fundaron los monjes de la Orden del Císter (cistercienses) en el siglo XIV. A lo largo de su historia vivieron tiempos de vacas flacas, periodos de bonanza, incluso fueron saqueados por los franceses. Finalmente, en 1830 tuvieron que abandonar el monasterio cuando se llevó a cabo la Desamortización de Mendizábal.
A partir de ese momento y hasta 1960 aproximadamente, el sangrado patrimonial del monasterio fue constante. Por suerte, en el 2008 se creó «Salvemos Rioseco» y se ha comenzado una lenta restauración.
El coche lo dejamos en la carretera y subimos por un camino de tierra fijado con lachas de piedra. La entrada principal del monasterio se abría junto a la torre del Abad. Las columnas jónicas se relacionan con las columnas también jónicas del patio por el que se accedía, ahora oculto bajo la hiedra.
La parte que mejor se conserva es la iglesia, de una sola nave y con cuatro tramos.
La cabecera se cubre con una bóveda ocho nervios.
Hacia el lado del evangelio está la bajada a la cripta.
La sala capitular se cubre con bóvedas de terceletes, obra rematada en 1663. Actualmente sirve de almacén arqueológico.
Del claustro renacentista de 1595 quedan restos que están siendo consolidados. La Panda del norte se adosa a iglesia.
Al este la panda de la sala capitular. Aquí se abría la escalera principal.
Al sur la panda del refectorio, no queda nada.
Al oeste panda de la cilla.
La Cilla es el Granero o Bodega de los monasterios. En los monasterios cistercienses solía estar situada en el lado oeste (como ocurre en Rioseco). Solía ser de planta rectangular y abovedada. En el intradós del arco se señala la fecha de ejecución 1663, Tiene bóveda de terceletes similar a la de la sala capitular.
Se conservan también vestigios de los otros espacios: hospedería, portería, claustro de novicios, ...
Bajamos a la carretera para subir al coche y salir hacia Villarcayo y después a Medina de Pomar.
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