Espinosa de los Monteros posee el mayor número de monumentos catalogados de la provincia de Burgos después de la capital. Tiene una ruta Heráldica, fácil de seguir. El visitante podrá pasear por sus calles, plazas y rincones haciendo un ameno recorrido de cuatro kilómetros y medio para conocer torres, palacios, iglesias, casonas y casa populares que siguen las normas de la arquitectura montañesa. Se pueden leer cuatro paneles informativos y veinte atriles que recogen la información sobre los edificios blasonados, una breve referencia histórica y una explicación de los escudos de armas.
Esta ruta es una de las iniciativas del proyecto "Aldaba" para revalorización del patrimonio de Las Merindades; puesto en marcha por varios institutos de la comarca hace ya algunos años.
Primera parada, el Ayuntamiento. Empezamos en la pintoresca Plaza de Sancho García, presidida por el Ayuntamiento, la Iglesia de Santa Cecilia y un precioso conjunto arquitectónico en el que destaca el Palacio de los Marqueses de Chiloeches y esas casitas típicas tan características con soportales y galerías acristaladas. Aquí a espaldas de la iglesia de Santa Cecilia se celebra el mercado semanal todos los martes desde hace cinco siglos.
.La Casa Consistorial está enclavada en el lado norte de la Plaza Mayor. Su construcción fue levantada sobre soportales y en tres plantas, siguiendo la moda de los edificios consistoriales de finales del siglo pasado y respetando la línea marcada por el entorno. Se proyectó en el año 1897 por el arquitecto burgalés José Calleja.
La puerta del Palacio del Marqués de Chiloeches con arco de medio punto, se protege con dos columnas con basas y capiteles que sostienen un sobrio frontón. Las enjutas del arco, se decoran con figuras de hombre y mujer que sostienen sendos espejos. El cuerpo central se cobija bajo un enorme arco rebajado con casetones.
Entre el frontón y el arco rebajado, se dispone el impresionante escudo, y dos balcones adintelados, rematados con frontones clásicos triangulares y con bellos trabajos de forja en sus balaustradas. Bajo ellos, dos pequeños vanos adintelados, con derrame externo que servirán de ventilación.
Las torres laterales, poseen cuatro alturas con los siguientes tipos de vanos: el primero con frontón triangular; segundo, semicircular; tercero, balcón a la misma altura e idéntica decoración que los balcones de la portada, y por último, en el piso superior, un pequeño y sencillo vano con simple decoración.
Destacan las cornisas de piedra, con sencilla moldura, y los cuatro pináculos que adornan las esquinas del tejado de cada torre. El edificio es de estilo barroco. Comenzó a construirse en 1600 por los Zorrilla Velasco, pasando luego a los Marqueses de Chiloeches.
La iglesia de Santa Cecilia es un edificio renacentista, del siglo XVI, de planta de salón.
Presenta tres naves de igual altura, con bellas bóvedas estrelladas y un magnífico ábside, cubierto por una bóveda avenerada. Los nervios se apoyan en enormes columnas. El conjunto se coloca sobre una gran Cruz de Santiago y varios motivos vegetales que, en su parte se transforman en cabezas de animales.
Destaca la cubierta avenerada, de estilo renacentista, que remata el conjunto, y está apoyada sobre dos pechinas para conseguir la forma pentagonal en su parte superior. Esta iglesia fue saqueada por los franceses en la batalla de espinosa, la iglesia se sitúa sobre los cimientos de una anterior, que era románica y que estaba situada en el mismo lugar, de esta iglesia se conserva una columna adosada al muro Sur. El edificio actual se empezó a construir en 1.527.
La cubierta y las columnas nos recordaron a la iglesia de San Benito de Valladolid.
Torre de los Monteros: Este conjunto arquitectónico está formado por un Torre defensiva, con patio amurallado en su parte delantera y puerta de acceso de gran tamaño. En la actualidad se está restaurando.
La Torre es de forma rectangular, con cubos circulares en las esquinas y almenas que ocupan la parte superior. Alternan en su construcción la sillería y la mampostería. La puerta de la torre lleva arco apuntado y sobre ella se encuentra un balcón de arco también apuntado.
Al patio, amurallado hasta media altura, se accede por una puerta limitada por dos cubos con saeteras en primer término y remate almenado con cornisa, que llevan sendos escudos en su parte superior. Dos columnas clásicas con éntasis, flanquean la entrada, adintelada y con entablamento liso, donde encontramos casetones en el intradós del dintel. Destaca la cornisa con un remate triangular adornado con pirámides con bolas, que aloja el escudo principal. El edificio fue construido en el siglo XIV como anterior fortaleza.
Palacio de los Fernández-Villa: Es una casa fuerte formada por dos pequeñas torres rectangulares unidas por un cuerpo central con saeteras, colocado sobre una cornisa saliente.
Tras esta fachada se encuentra la torre de mayor tamaño, forma cuadrangular, de tres pisos, con función defensiva y de vigilancia, con gran cantidad de saeteras y ventanas en su parte superior. Su cornisa está decorada con bolas y presenta dos ventanas adinteladas rodeadas con molduras decoradas y sobre las que aparecen espacios para escudos. Una de ellas, la más elevada, está protegida por una cornisa que alterna bolas y puntas de diamante. La fachada orientada al oeste presenta una de las portadas artísticas más interesantes de toda el conjunto Histórico.
Presenta vanos adintelados en puerta y ventana, rodeados con moldura simple. El dintel de la puerta se soporta sobre dos ménsulas como si fueran cartelas que se asemejan a otra colocada en la parte superior del conjunto. Flanquean el acceso dos columnas estriadas sobre un alto podium, en las que destacan flores de lis sobre el collarino colocado bajo el capitel.
El entablamento es clásico, sin ningún tipo de decoración, aunque el friso de la primera zona está decorado por unas guirnaldas a modo de telas sujetas por cabezas de leones.
Iglesia de Nuestra Señora de Berrueza: Nos encontramos ante un edificio del siglo XVIII con dos partes bien diferenciadas: las dependencias del Centro de Salud y la Iglesia de Nuestra Señora de Berrueza.
El actual estado de esta doble construcción nos impide comprender los orígenes de estos dos edificios, pues la remodelación ha sido tan amplia que, en el caso de la parte izquierda, solo queda el escudo de una de las fachadas. En cuanto a la Iglesia, se trata de un edificio construido en mampostería, salvo en la cabecera del ábside, realizado totalmente en sillares.
El acceso se realiza por el pórtico, que cuenta con una triple arcada de medio punto sobre columnas con éntasis (mayor anchura en el centro que en los extremos) La puerta de entrada se sitúa bajo un arco de medio punto con marcadas dovelas, inscrito entre dos pilastras cajeadas.
La Torre de las Herradoras tiene tejado a dos aguas con copete. Está construida en mampostería. Lleva sillería de rústica fabricación en esquinas, dinteles de los vanos y dovelas que forman un ángulo ligeramente apuntado en la entrada. Una saetera de gran tamaño, colocada sobre el acceso principal, denota el primitivo carácter defensivo de la edificación. Escasean los vanos, siendo todos de pequeño tamaño y alojándose a diferentes alturas, resultado seguramente de las distintas remodelaciones que ha sufrido el edificio.
Torre de Pumarejo: Nos encontramos ante un edificio totalmente remodelado, cuya restauración ha podido respetar la estructura primitiva de la construcción en sus formas básicas pero que, sin duda, ha introducido importantes modificaciones.
De tres plantas, rectangular, con cubos defensivos en sus dos flancos, toda ella en mampostería, salvo la sillería que rodea los vanos. El vano de acceso presenta un arco apuntado con una inscripción repartida en los sillares de las siete dovelas que habla de una "donación al Concejo de Quintanilla de los montes del Pico y del Costal".
Algunas de las ventanas, las más antiguas, son apuntadas, existiendo una doble geminada con parteluz mutilado donde se aloja un escudo de muy reciente fábrica. Hay restos de piedras incrustadas en el muro, a modo de simple cornisa de protección de los primitivos escudos. La casa perteneció a los Porras, ilustre familia que trasladó su residencia a Espinosa desde Cidad de Valdeporres en 1011, y las inscripciones antes citadas, nos remontan al siglo XIV como fecha de su edificación.
Torre de los Azulejos: es un edificio de planta cuadrada con cubrición a cuatro aguas, rodeado por una muralla de más de dos metros de altura con puerta de acceso flanqueada por dos pilares cuadrados con remates y un interesante trabajo de herrería en la verja.
La construcción alterna la sillería de la fachada principal, esquinas y vanos, con la mampostería del resto. El acceso a la Torre se realiza a través de una puerta de arco de medio punto adornado con diversas molduras. Hay en esta misma fachada, dos pequeños vanos, un óculo bajo la cornisa del tejado y una pequeña ventana adintelada, desviada de la línea de la puerta. Forma parte de un ornamentado conjunto en el que el alféizar de la ventana descansa sobre dos alargadas ménsulas. Dos columnas estriadas desembocan en un friso de gran tamaño donde reza la leyenda: DOSE AL CANCATALVITORIA DEBE OSAR MORIREL ONBREMUERA EL I BI BA ELNOMBRE
El conjunto termina con un frontón de lados curvos, con dos pináculos en los lados de su base y tres de remate en su parte superior truncada, en cuyo interior se aloja el escudo. En el resto de las fachadas destacan las ventanas adinteladas con un ligero rebaje de adorno, con motivos florares o molduras en su contorno, y rodeadas por azulejos incrustados en las piedras; hacen referencia, por su origen árabe, aun planteamiento mudéjar renacentista. Se repiten los óculos, con forma trilobulada, situados bajo las cornisas del alero del tejado. Hay remates de pequeños cubos, propios de las construcciones del Renacimiento.
Iglesia de San Nicolás: En el barrio de Quintanilla, se encuentra dicha iglesia que fue consagrada en el siglo XII, pero en el siglo XVII, se volvió a reconstruir. Es un edificio de una sola nave, planta salón, cubierta a dos aguas y muros de mampostería. Es el templo más antiguo de la población.
Palacio de los Cuevas Velasco: En la edificación hay que considerar dos partes fundamentales: el Palacio y la Capilla.
El Palacio está construido en mampostería, presentando elementos de sillería en un amplio friso inferior, esquinas y remates de los vanos, todos adintelados. Consta de tres pisos, marcados por líneas de imposta de sillar. El acceso a la casa, por la parte de la fachada principal, se realiza por un arco de medio punto entre pilastras. Sobre él varios vanos, destacando un balcón con balaustrada, rodeado por dos escudos de los Velasco
En la fachada por la que se accede a la Capilla, destaca un curioso mirador en marquetería, bien trabajado, apreciándose también magníficas vidrieras y trabajos de herrería. En cuanto a la Capilla, se trata de una construcción de carácter clasicista, con arco de medio punto, con una simple moldura de tres fajas, imbuida entre dos pilastras sin decoración. Sobre el entablamento con molduras lisas, aparece una hornacina en la que se aloja una escultura del apóstol Santiago con traje de peregrino. En cada esquina del tejado aparecen pináculos en forma de pirámide, motivos que se repiten en la parte superior de la chimenea.
Toda la propiedad queda circundada por un doble recinto, el primero de ellos almenado y con chaflanes con ventanas blasonadas por el escudo de los Velasco; y el segundo con verjas y remates piramidales con bolas. La construcción se inició en el año 1623, siguiendo el mandato del Rey Felipe IV que cedió el Palacio a Don Pedro de Velasco Bracamonte, que fue el encargado de la educación y custodia del hijo bastardo del mencionado Rey, Don Juan. Este palacio fue casa y estudio del escultor Quintín de la Torre.
Cruzando al otro lado del río Trueba llegamos al Castillo torreado de los Velasco, un ejemplo de Torre medieval defensiva formada por dos cuerpos rectangulares unidos: una esbelta torre y una construcción secundaria, que en su día cumplió las funciones de caballeriza. Fue construida en principio en el siglo XIII, pero reformada después.
Admiramos otras muchas casas blasonadas en este paseo como la torre Berrueza, torre de los Monteros, ...
Dentro de la localidad hay muchos prados entre las construcciones.
La ribera del Trueba está acondicionada para agradables paseos.
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