Compuesta en 1917, La lápida de Couperin es una de las principales obras de Ravel. Su génesis está asociada con una ola de renovado interés por la riqueza de la literatura para clavecín del siglo XVIII. Como el propio título indica, la obra hace referencia al eminente clavecinista francés François Couperin, aunque, como subrayó en una ocasión el propio autor, esta obra es "en realidad un homenaje a la música del siglo XVIII más que al propio Couperin". La composición se basa en la forma barroca de una suite, y aunque originalmente fue escrita para piano, menos de dos años después también fue adaptada para orquesta. Este género del barroco se llama tombeau, sus piezas musicales se componían para homenajear a un personaje histórico o bien a un amigo o ser querido, tanto vivo como muerto. Estas piezas habitualmente tienen un tono solemne, un ritmo lento, y a veces, pueden incluir algunos juegos armónicos y/o rítmicos. Ravel la dedicó a los caídos en la Primera Guerra Mundial. Estrenó esta versión orquestada en París, el 28 de febrero de 1920.
No pensó esta obra como una marcha fúnebre. Ravel quería que el homenaje lo formaran danzas barrocas, pero no marchas fúnebres. Sin embargo, el hecho de que se inspirase en la forma y el significado de las danzas barrocas, no significa que siguiese sus reglas compositivas y armónicas. Ravel compone estas danzas utilizando la instrumentación, la musicalidad y la armonía de su época. La primera pieza es un Preludio, de aire desenfadado y con arabescos que mantienen en constante movimiento a los instrumentos de viento madera. Esto lo hace para imitar la escritura barroca típica de los instrumentos de tecla, como la de Couperin. La pieza está dedicada a la memoria del teniente Jacques Charlot.
HR Sinphonieorchester 2018
Audición con partitura
La segunda pieza es una Forlane. Una danza italiana con ciertos toques rústicos, en la que Ravel va a innovar y a arriesgar tanto en la instrumentación como en las células rítmicas y las progresiones armónicas utilizadas. La pieza la compuso a la memoria de Jean Cruppi, quien era el hijo de la mujer a la que había dedicado anteriormente su obra L’Heure espagnole. La tercera pieza es un Menuet. Posee un carácter más pastoril e ingenuo, pero al mismo tiempo tiene también un aire melancólico. En ella, Ravel decide darle protagonismo al oboe en particular y a la madera en general. La pieza está escrita a la memoria del teniente Gabriel Deluc. La cuarta y última pieza orquestada es un Rigodón. Posee gran protagonismo de los metales aunque manteniendo siempre un diálogo con las maderas. En su sección central, el oboe reclama su momento de protagonismo. Tras él, se regresa a la primera parte, pero acelerando cada vez más el tempo para acabar con un final que aporta una gran energía. La pieza rinde homenaje a Pierre y Pascal Gaudin-

La Fuga está escrita a tres voces y en la tonalidad de mi menor. Es todo un ejemplo de escritura equilibrada y delicada. En ella se entrelazan una gran precisión y una lograda impresión de falsa libertad, algo que resulta muy complicado. Es casi imposible que una composición ligada a tantas normas como una fuga pueda sonar tan libre como Ravel lo hace. La Toccata es el broche de oro de la composición. Posee un discurso libre donde unos procedimientos pianísticos dan lugar a otros. El ritmo es vigoroso y animado y hasta los pasajes más expresivos, no pierden nunca esa marcada rítmica. Pianísticamente hablando, la Toccata posee grandes dificultades técnicas. Tras el pasaje en fa sostenido, la pieza va creciendo cada vez más hasta que parece estallar con la vuelta al tema principal.

El artista danés nacido en 1969 - Thomas Agerfeldt Olesen.tiene fuertes lazos con Polonia. Uno de sus profesores de composición fue Henryk Mikołaj Górecki. En su juventud, la música de Krzysztof Penderecki le causó una fuerte impresión, y describió la producción de Witold Lutosławski como su "brújula estética". Olesen cree que los logros de las generaciones anteriores no se pueden ignorar y socavarlos no tiene sentido. En su propio trabajo, entabla un diálogo creativo con la tradición, centrado en descubrir nuevas cualidades. El gran violonchelista danés Jakob Kullberg interpretará el Concierto para violonchelo nº 2 (2022)."Mi Cello Concerto No. 2 se concentra en convertir la falta de vivienda en algo hogareño. Aquí, la falta de vivienda es la serie de tonos sin llave que es el punto de partida para el concierto. Es una serie de notas que reflejan su propio eje, que se puede escuchar en su forma básica al comienzo del concierto. La versión hogareña tiene la misma gama tonal después de su transformación tonal. Actualmente, no vivo en mi país de origen, sino que me he establecido en Alemania, lejos de mi familia y amigos, para crear un hogar donde está mi hija, un nuevo hogar donde antes no había hogar, o donde el punto de partida fue el hogar roto. ¿Quizás el concierto para violonchelo es una metáfora? En cualquier caso, es una historia personal la que crea la dinámica del concierto, aunque no pretendo traducir mi historia de vida a la música. Dado que lo personal siempre impregna todo el material artístico de todos modos, también podría elegir un material que contuviera lo que era más importante para mí personalmente. Con suerte, la audiencia encontrará algo generalmente humano aquí. El concierto fue escrito para Jakob Kullberg."

La Sinfonía n.º 6 en re mayor de Antonín Dvořák es inferior en popularidad a algunas de sus otras composiciones, pero ciertamente no en términos de calidad. Fue una de las obras que ayudaron a establecer la reputación internacional del compositor checo. También fue la primera de sus sinfonías en ser publicada y, por lo tanto, más popular e interpretada que sus otras obras tempranas. Esta es una música alegre y enérgica, en la que el individualismo de Dvořák estaba tomando forma. Todavía podemos encontrar aquí ecos de la obra de Brahms, tan valorada por él, pero la narración también se hace más atractiva con citas de la música popular checa, y el tercer eslabón de la obra es un temperamental furian - danza popular checa. El atractivo de la sinfonía se ve realzado por la gran belleza y atractivo de las melodías de Dvořák.
Dvorák compuso su Sexta sinfonía en el otoño de 1880, y esta fue la primera de sus sinfonías en ser impresa, por lo que llevó el número 1 en el viejo catálogo sinfónico del compositor. La sinfonía representa, según los estudiosos, la culminación de la primera fase nacionalista en el desarrollo musical de Dvorák. La obra fue estrenada en Praga el 25 de marzo de 1881, y la partitura está dedicada al gran director de orquesta Hans Richter. Poco después del estreno absoluto, Richter quiso dirigir el estreno de la sinfonía en Viena, pero por entonces había en la capital austríaca (que nunca se ha distinguido por su generosidad para con los extranjeros) una fuerte corriente de hostilidad hacia los pueblos de los confines del imperio austro-húngaro, incluyendo, claro, el pueblo checo. Así, la primera ejecución de la Sexta sinfonía de Dvorák fuera de su tierra natal ocurrió en Leipzig en 1882, bajo la dirección de Paul Klengel.
El primer movimiento allegro non tanto comienza presentando el tema principal. Empezando suavemente la música se va caldeando. El segundo tema surge de modo fluido en los violoncelos y trompas, con un solo de oboe. El desarrollo empieza de modo misterioso y es rico en contrastes. La recapitulación nos vuelve a presentar los temas variados, avanzando hasta el clímax, repitiendo el tema principal. La música se atenúa hasta que la coda, también basada en el tema principal, termina con fuerza el movimiento. La música denota la influencia de Brahms.
El adagio tiene un calor romántico basado en su tema principal. Una introducción de cuatro compases, que se repetirá varias veces durante el movimiento, da paso al tema principal. Después de una intervención del clarinete contestado por la trompa, se recapitula el tema principal. La sección central se basa en los cuatro compases de la introducción. El oboe presenta una nueva variación sobre este motivo. La flauta repite de nuevo el tema principal, que luego pasa a la orquesta. Una cadenza de la flauta solista antecede a un crescendo. Luego el tema principal aparece en los violonchelos. El motivo inicial cierra el movimiento.
El scherzo lleva el subtítulo de furiant. Se trata de una danza popular checa de carácter muy enérgico. El scherzo se repite antes de presentar el trío, más apacible y calmado, contrastando entre las dos furiosas partes del scherzo. Finalmente se repite de modo abreviado el scherzo, terminando con una rápida coda.
Acaba con un allegro con spirito de nuevo con aires brahmsianos. El primer tema es alegre. Después de una suave introducción se repite en el tutti. El segundo tema es también de carácter animado. Sigue con un elaborado desarrollo que nos lleva a un clímax, después del cual se inicia la recapitulación variada. Los violines inician una stretta final a la que se incorporan todos los instrumentos interpretando el tema principal. La coda también está dominada por dicho tema.
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