lunes, 22 de agosto de 2022

MONÓVAR 4 : SIGLO XVII

 

Estas tierras sufrieron periódicos despoblamientos por motivo de guerras y revueltas, y la expulsión de los judíos en 1492, pero ninguno comparable a la despoblación multitudinaria producida por la expulsión de los moriscos en 1609.En el año 1609, Felipe III, aconsejado por el duque de Lerma, ponía su sello real a la expulsión de los moriscos, que representaban el 5% de la población española, (acusados de atentar contra la seguridad de la monarquía), pero que en Monóvar alcanzaban el 90 % de la población, unas 450 familias. 

Carta de Población de 1611 y la Repoblación

La sucesora en la Señoría de Monóvar de Fadrique de Portugal y Noroña y  Margarita de Borja,  Ana de Portugal y Borja (1560-1630) concedió Carta de Población en 1611, repartiendo las tierras entre cien nuevos pobladores, cristianos viejos, procedentes de lugares cercanos, principalmente de Castalla. La Carta de Población y capítulos para su gobierno de la Villa y Baronía de Monóvar, 1611 fue publicada por la Caja de Ahorros Provincial de Alicante en 1977. El documento original se conserva en el Archivo del Reino de Valencia en el apartado Mandamientos y amparos, año 1611, libro 8, mano 75, fol. 22.



Doña Ana de Portugal y Borja otorga poderes a don Carlos Juan de Torres para poblar la villa de Monover, despoblada por la expulsión de los moriscos. La Carta de Población está precedida por tres documentos: -El nombramiento de los Procuradores para efectuar la repoblación, realizado por el Caballero Carlos Juan de Torres, habitante de la ciudad de Valencia,dado en Valencia a 22 de septiembre de 1611. -El nombramiento de los expertos, realizado por los Procuradores, «Tots LLauradors pera experts y prohomens pera partir y diuidir ab ygualtat, y pera sortejar dites cent sorts ... ». dado en Monnover a 3 de octubre de 1611. -La publicación del nombramiento de los Procuradores, fechado en Monnover a 21 de octubre de 1611. Los Procuradores actúan en nombre de Dña. Ana de Portugal Borja y Silva, Princesa de Melito, Duquesa de Pastrana y Francavila, como Señora de la Villa y Baronía de Monnover y Chinosla.



Los Procuradores prometen hacer cien «poblaciones» de las casas (repoblamiento) y repartir entre los cien pobladores, a partes iguales, la huerta, olivares, viñas y campos de los términos de la Villa, con agua a cada parte y porción igual. Los nuevos pobladores han de permanecer al menos cuatro años continuos en la Villa y han de obligarse a cumplirlo mediante juramento de fidelidad, según se dispone en el Fuero del Rey Don Jaime.

Ïndice Cartas Poblas  del Reino de Valencia

La Reserva de la Señoría se compone de unos huertecitos cerrados con el agua correspondiente, casas, colmenares, cercados del campo y corrales de ganado, montes, herbajes y todo lo demás que no se cultiva, para poder arrendarlo a su voluntad y puedan herbar los vecinos y sus ganados «francamente».

Se imponen como cargas a los nuevos pobladores diez libras de moneda del Reino de Valencia como censo perpetuo, a partir de 1612, «sin luismo ni fadiga quedando la dicha hazienda con dicha responción, franca y libre de todo otro derecho y pecho y censo fuera los diezmos como abuxo se dirá» Esta paga ha de hacerse entre S. Juan (24 de junio) y finales de agosto Los nuevos pobladores y los cristianos viejos han de pagar como diezmo un décimo de los granos, legumbres y frutos de las viñas y olivares, y un doceavo de la barrilla, medida en quintales . También un décimo de los ganados que nazcan cada año, y se pagará en el mes de abril. Existen además otras cargas. Han de prensar y moler las olivas en las almazaras de la Señoría, pagando dos libras de aceite por un pie; moler los granos en el molino de la Señoría ; y acarrear los granos y frutos de la paga a los graneros de la Señoría, guardando la antigua costumbre en el recibir y medir.



Como ingresos municipales y bienes de propios se conceden a la Villa: Las sisas de la carne, los repartimientos entre los vecinos justos y necesarios para el bien común, la tienda, la casa de la cárcel y la sala que está encima de aquella, para que se junten en consejo, el lugar de la carnicería con su casa y porche, las dos herrerías, y «la balsica con su agua que se pierde de la fuente con los cuatro bancalicos»· La Señoría se reserva: el pilón de la carnicería, por el que cobrará 20 libras, «Según que hasta aquí a acostumbrado a cobrarlas», la taberna, la panadería, el horno y el parador. «para arrendarllas y disponerdellas a su voluntad»

Los pobladores pueden vender el vino que cogiesen de las viñas por cántaros y obligar al tabernero a comprar, en primer lugar, al precio común el vino de los vecinos.



En los Libros de Matrimonios de la Parroquia se recoge el origen de los contrayentes. En las inscripciones de los años 1580-1600: Durante esta época se da una media de 11 matrimonios por año. En los que se indica el origen exterior de uno o de los dós contrayentes, 11 casos en total, se trata de poblaciones próximas a Monnover: 4 de Aspe, 2 de Elda, 2 de Novelda, 2 de. Castalia, y 1 de Salinas. Las inscripciones de los años posteriores a 1627 el número de matrimonios inscritos desciende notablemente y no se alcanza una media en torno a los diez hasta los años posteriores a 1640. Los registros en los que aparece la procedencia de los contrayentes es menor que en el grupo anterior, y junto a los del mismo origen hay otros de poblaciones distintas: uno, en el que ambos contrayentes son mallorquines (1627), otro, en el que uno de ellos es de lbi (1638), otro de Crevillente (1646), otro de Onil (1653), otro de Albatera (1658), otro de Biar (1666), y otro de Muro (1685). Se amplía, por tanto el área geográfica de procedencia.

El Consell

El Consejo Municipal se forma el 24 de mayo de 1620 (fecha en la que está inscrita la Primera sesión), nueve años más tarde de la publicación de la Carta de Población. En el archivo municipal se custodia Manuals de Consells de Monòver desde 1611 hasta 1689. En 2010 se publicó un libro con el título "Manuals de Consells de Monòver del siglo XVII"de Consuelo Payá, Marcial Poveda Peñataro y Rafael Poveda, En él se recogen las primeras actas documentales del entonces Consell monovero desde 1611 hasta 1689. Ha sido editado por al Consejería de Cultura.



El seis de junio de 2016 se presentaron los libros del Consell restaurados en el Kuursal Fleta a las doce de la mañana. Estos libros son fundamentales para conocer la historia de nuestra ciudad pues en ellos se recogen las deliberaciones y acuerdos alcanzados por los órganos de gobierno de la villa, por el Consell de la Villa, que afectan a la vida local y al buen funcionamiento de la ciudad. Se trata de dos volúmenes correspondientes a 1611-1660 y 1660-1689.

La administración estaba controlada por Consell, compuesto por veinte consellers, que se encargaban de asesorar al Consell y de aprobar o rechazar las propuestas de los jurats, que en este caso eran tres con preeminencia de uno de ellos sobre el resto. A la cabeza del Consell se encontraba el justicia asistido por el lloctinent. El justicia era el que presidía las sesiones y se trataba de la máxima autoridad local, El Consell de la villa de Monóvar tomó medidas para erradicar un conato de plaga de langosta en la primavera de 1637. Como aparece expuesto en el Manual de Consells de Monòver, el día 13 de mayo, reunido todo el grupo de gobierno, en el cual también estará presente el Marqués de Oraní y la baronía de Monóvar, se trató única y exclusivamente el tema referido a la presencia de langosta.

Condiciones de vida, relaciones con el Señorío y el Reino.

Monóvar era una villa agrícola, en la que la mayoría de la población estaba sujeta a relaciones señoriales. Las cargas reales y fiscales que pesaban sobre la población, unidas a la baja calidad de los suelos y al primitivismo de las técnicas, la mantenían en la proximidad de la carestía continua. A través de la relación adjunta pueden verse los años en los que la cosecha no fue suficiente para sembrar y alimentar a las personas en el año siguiente, una vez pagadas las rentas y los impuestos a la Señoría. A través de las sesiones del Consell podemos hacernos una idea de las dificultades que tuvieron que superar.

En 1620 La Villa tiene contraídas deudas por «llauors» del año anterior y deben de pagarse antes que las rentas e impuestos de ese año (sesión del uno de septiembre de 1620).  En 1622 la cosecha es insuficiente. En octubre la Villa necesitaba trigo para sembrar (sesión del día 3). En septiembre el precio del trigo de la «cobranza» era a nueve libras el cahiz (sesión del día 8). En 1627 la villa vuelve a necesitar trigo y cebada para sembrar. Retira veinte y diez cahices respectivamente del granero de la Señoría, respondiendo la Villa (sesión del día 3 de noviembre). En los dos años anteriores a 1628 en la Villa no se siembra ni se recoge (sesión 9 de julio ). Se necesitan 9 cahices para el abastecimiento (sesión 30 de julio). El Gobernador concede 30 cahices del granero de la Señoría para sembrar (sesión 16 de octubre). Se hacen gestiones para comprar cebada en Elche (sesión 18 de octubre). Gestiones para comprar trigo en Castalia, lbi y Onil (sesión del 1 de noviembre).



Después de la insuficiente cosecha de 1630 el día dos de febrero de 1631 el cahiz de trigo vale 15 libras. En mayo ha subido a 17 (sesión del día 28). En 1634 ante la falta de trigo (sesión del 28 de octubre) toman del colector 200 cahices de trigo y 60 de cebada. En la sesión del dos de octubre de 1635 se acuerda tomar del colector 230 cahices de trigo, 40 de cebada y 13 de centeno. Debido a la mala cosecha del año anterior, desde enero a abril de 1636 se hacen gestiones para abastecer de trigo a la Villa en Elda, Bocairent y Pinoso. En 1641 la Villa toma del granero de la Señoría 200 libras en trigo para abastecer las necesidades (sesión del 22 de septiembre). En 1647 vuelve a haber necesidad de trigo. Se trata del pleito con Castalia por el trigo de Pinoso en la sesión del 9 de octubre. Se necesita trigo en mayo de 1648, debido a la escasa cosecha de 1647 (sesión del día 3). 



En 1651 ante la mala cosecha la Villa compra 220 cahices de trigo al colector a 14 libras, del año anterior, y 70 de cebada (sesión del 1 de agosto). En noviembre (sesión del 12) emplea 800 libras en trigo para el abastecimiento. En abril de 1652 (sesión del día 26) el cahiz de trigo valía a 16 libras. En 1656 la Villa tiene necesidad de trigo para sembrar (sesión 8 de octubre). En mayo de 1657 (sesión del día 13) la Villa pide 100 libras en préstamo para atender a sus necesidades. En 1659 La Villa se queda con el trigo de «cobranza» subastado: 160 cahices de trigo y 60 de cebada. Se hacen gestiones para encontrar dinero a crédito (1.600 libras) (sesión del 28 de septiembre). En 1660 se presenta una mala cosecha. Se toman de Gaspar Cerdá 50 cahices de trigo y 6,5 de cebada para repartirlo entre los labradores (sesión del 20 de junio).




En conclusión aproximadamente la mitad de los años la cosecha de cereal es insuficiente. Los habitantes de la Villa dependían jurídica y económicamente de su Señor. Éste practicó con sus «vasallos» una clara especulación con la venta del trigo procedente del censo y de los diezmos, sacándolo a subasta en las épocas de mayor escasez y, por tanto, contribuyendo a la carestía. De este modo, el propio Señor actuaba como principal proveedor de granos de la Villa. Por la obligación contraída por los «vasallos» de pagar anualmente los censos y los diezmos y de amortizar las deudas, éstos fueron cayendo en un continuo proceso de endeudamiento.



Aparte de las anteriores cargas y obligaciones económicas, la Villa hubo de hacer frente a otro tipo de impuestos procedentes de la Administración Real. Especialmente importantes fueron las cargas militares. En octubre de 1622 (sesión del día 3) entregó, a petición del Virrey de Valencia, nueve libras y cinco sueldos, para perseguir a los bandoleros. Sin embargo, la carga más pesada que hubo de soportar fue la originada por los gastos militares. En agosto de 1636 (sesión del 3) se notificaba al Consejo la petición de veinte soldados para Alicante. Este tipo de aportaciones en hombres y en dinero aumentó a partir de 1640. Esto hizo que se pusiera en práctica un nuevo impuesto municipal anual, «el reparto de los soldados» (sesión del 14 de enero de 1641 ), que se institucionalizó a partir de 1651 (sesión del 29 de enero). En la lista confeccionada para el año 1652 aparecen inscritos 195 vecinos, que aportaron en total 276 libras y 9 sueldos . Hombres procedentes de Monóvar participaron en las campañas guerreras de Navarra de 1640 , en la defensa de Alicante frente al ataque de los franceses de 1642 , y en la defensa de Tortosa de 1647. Prestaron ayuda económica a los sitios de Vinaroz de 1648, a la fortificación del Maestrazgo en 1649 y 1650 como consecuencia de la pérdida de Tortosa y del consiguiente peligro que existía para el Reino de Valencia, al sitio de Barcelona en 1651 , y al sitio de Gerona de 1653.

Un tercer capítulo que contribuyó a agravar la economía de los pobladores de Monóvar fue el de los impuestos municipales. Además de los bienes y rentas que la Señoría había concedido a la Villa como bienes de propios, había otorgado también la facultad de hacer entre los vecinos repartimientos justos, si éstos eran necesarios para el bien común. De estos repartimientos hay constancia en las Actas Municipales desde 1621. Hubo aportaciones para la construcción de la torre de las campanas y del reloj.

Fiestas locales

Se conserva el Manual de Consells del segle XVII (1660-1689) documentación relacionada con las fiestas. Las reuniones concejiles, como actualmente, eran el punto de inicio para el proyecto festivo. Según un documento del 5 de julio de 1687 se reunió el Concejo de la Villa aprobando celebrar las Fiestas en honor a Santa Catalina (patrona por aquel entonces de la localidad), San Juan Bautista Evangelista, San Roque, San Gregorio y otros Santos de devoción en la villa. Un particularismo de ese año fue la presencia de una plaga de langosta, por ello con motivo de dicha catástrofe el Jurado Mayor, declaró que las fiestas se realizarían en motivo de nuestro señor que por mediación de los santos, aplaque su ira en la plaga de langosta.



Una particularidad de las festividades locales era que su desarrollo, e incluso, grandilocuencia dependía directamente del dinero que el Concejo recaudase de los vecinos a través de sus oficiales en función de donaciones. La reunión concejil de 1687 acordó que se hiciese una colecta entre los vecinos para ayudar a los gastos, y si se recogiesen los suficientes, el Concejo ayudaría con 50 libras (…), si la colecta fuese poca resultaría la Fiesta sin lucimiento y no se haría. Cada familia, en función de sus condición, clase y situación aporta lo que cree oportuno. Esta aportación no se limitaba simplemente a un desembolso dinerario, se constatan materias en especie, especialmente: trigo y cebada. En las Fiestas patronales de 1687, la colecta entre los vecinos fue atendida con gusto y generosidad, lo que propicio un proyecto festivo importante. Las fiestas se componían de múltiples actividades: lanzamientos de fuegos artificiales, disparos con arcabuces para emplearlos en la Fiesta del Alardo (un simulacro de combate entre moros y cristianos); corridas de toros, gastos de músicos, distribución de cirios para la procesión etc.

Santa Catalina


Pese a todo, el momento más solemne de todas las festividades patronales era especialmente la procesión en honor a la patrona Santa Catalina y las grandes funciones religiosas realizadas en la Iglesia y amparadas por los predicadores. Además de la imagen de Santa Catalina que todavía se conserva tenemos noticias de la existencia de un retablo actualmente desaparecido, que fue dorado en 1687, junto con el retablo del altar mayor, por el maestro Pere Barbarro.



 La estatua policromada de Santa Catalina está documentada desde 1637. El pésimo estado de conservación de la primitiva talla de madera policromada de santa Catalina de Alejandría, antigua patrona de Monóvar, motivó al Ayuntamiento a emprender su restauración. En julio de 2010 fue trasladada al Departamento de escultura policromada del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals, 



Más de un año después el 27 de noviembre de 2011 la consellera de Turismo, Cultura y Deporte, Lola Johnson, presentó la restauración de la imagen de la antigua patrona de Monóvar, Santa Catalina de Alejandría, que ha restaurado el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (IVC+R) de la Generalitat. Al acto asistieron el alcalde de Monóvar, Salvador Poveda, el Concejal de Cultura, Carlos Maluenda y la Directora del IVC+R, Carmen Pérez.

Presentación en Slideshare restauración


La desaparecida ermita de San Roque


El Consell de la villa proposa que es destine par de  l´import de la sisa a l´ermita de San Roc perque s´acaba de construir. (Manual de Consells 1620-1660).  Pese al esfuerzo constructivo y fiscal  esta construcción se terminará vendiendo a un vecino del municipio, Pere Pau Berenguer, debido a que la villa necesitaba liquidez  a causa de las calamidades (pestes, sequias etc.) que estaban a asolando la comarca.

 Pero en 1638, el obispo de Orihuela no ve bien que una ermita esté en manos de un particular, se le pide a Pere Pau que devuelva a la villa la propiedad de la ermita, mediante el pago de la cantidad que él dio, más el valor de las obras realizadas en ella por este vecino. 

La posterior mención documental referente a este ermita es de 1659, y la realiza el presbítero Pedro Cresto, quién al mismo tiempo era doctoral de la Santa Iglesia de Orihuela, Oficial Visitador y Vicario General. Según su crónica, la encontró con toda decadencia, pero adornada. Posteriormente, y tal vez, debido a situación de decadencia en que se encontraba, en 1675, se hizo una hornada de yeso destinada al saneamiento del centro de culto. 


A causa de su desaparición, debemos acudir como fuente visual para su posible descripción al dibujo de Enrique Vidal Pina que aparece en el Diccionario  Ilustrado de Monóvar . Era un edificio exento, en forma de prisma pentagonal, con puerta dintelada, óculo redondo en el frontón triangular y espadaña sobre el vértice. La ermita fue derribada en 1936.



El vino



Las primeras noticias que existen del cultivo de la vid datan del siglo XVII, ya que aparece mencionado en la Carta Puebla, así como en un Acta Municipal de 1634, donde la villa ofrece a la Señoría plantar vid en el término de la Baronía de Monóvar.  El Fondillón s un tinto dulce elaborado con uvas Monastrell sobre maduradas en la cepa.  



Tiene más de cuatro siglos de tradición. En el siglo XVII ya aparece en muchos menús que hablan de los usos que se les daba al vino en palacio y en las casas de la aristocracia. El fondillón siempre fue un vino caro al que no todo el mundo podía acceder, Se introduce en las cortes, aparece en pasajes de obras de Shakespeare. Luis XIV merendaba bizcochos mojados en Fondillón. Isabel de Farnesio hacía seguir a su marido Felipe V un régimen especial de especias con guisos de carne y vino de Alicante.  



El nombre "Fondillón" pro­viene de la palabra fondo. Se refiere a la cantidad de heces que se acumulan en el fondo de los envases de madera, de volumen más elevado a mayor edad del recipiente. Los barriles o tone­les una vez vacíos se utilizaban por la cantidad de lías que contuviesen, de tal forma que al volverlos a llenar, tendían a producir un vino parecido, en aromas y textura, al que hasta entonces habían albergado.

 Fuentes documentales locales: el Archivo Municipal y el Archivo Parroquial

El primer Ayuntamiento que se constituye en Monóvar, tras la concesión de la Carta Puebla, data de 1611. A partir de dicha fecha ya contamos con documentación, aunque limitada a una única serie: las actas de gobierno de la villa. Sobre cuándo se comienza a establecer un sistema de archivo de documentos, no tenemos noticias hasta principios del siglo XX, y se limita a algún conciso inventario de legajos. En 1947, y a manos del secretario del Ayuntamiento Carmelo Sanz Sainz, se procede a una reorganización de la documentación depositada en el 'archivo', pero no se confecciona ningún instrumento de trabajo. El único trabajo de descripción que se lleva a cabo, según la Memoria de Administración Local de ese año, es la elaboración de un doble índice, cronológico y alfabético, de todos los acuerdos contenidos en los libros de Actas (en paradero desconocido). En el año 1986, a raíz de una beca de formación, se realizan trabajos de clasificación y ordenación de la documentación siguiendo criterios, un tanto arbitrarios, y se elabora un inventario en fichas que hasta 1994, en que se comienza a informatizar, ha servido de ayuda en la localización de la documentación. Al mismo tiempo, pero más despacio, se iba informatizando retrospectivamente la documentación anterior. Actualmente, y patrocinado por el SERVEF, dentro de los Programas de Empleo, está en marcha el Proyecto Archivo Municipal del Ayuntamiento de Monóvar.


El Archivo de la Parroquia de San Juan Bautista alberga un total de nueve libros de bautismos desde el año 1576, que permite estudiar la evolución de la población completando la información con el Vecindario del Reino de Valencia de 1646 y el Censo de Aranda de 1768, entre otros. También se pueden consultar los Libros de Matrimonios desde 1651 y los Libros de Defunciones desde 1650. Otros aspectos interesantes se pueden estudiar a partir de Las Visitas Pastorales. Se guarda también la documentación de las Cofradías del Santísimo Rosario y del Santísimo Sacramento. La diócesis de Orihuela-Alicante ha llevado a cabo la labor de digitalización de los inventarios de los fondos parroquiales. 



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