ENTRE LOS REINOS DE CASTILLA Y ARAGÓN
Existen restos arqueológicos que demuestran que, en época islámica, existían dos lugares poblados en este término: Monóvar, con recinto fortificado y castillo, y Chinosa (la actual Chinorla), con recinto fortificado y torre. Su nombre procede de la palabra árabe Monnauar que significa campo florido, relacionado con el cultivo del almendro.
Del siglo XIII datan los primeros documentos que se conocen sobre Monóvar. En ese tiempo forma parte del reino musulmán de Murcia, parte del Imperio Almohade. Era una zona fronteriza con las coronas de Castilla y Aragón. Por el tratado de Almizra (1244), se convierte en zona de conquista castellana.
Al asignarse el reino de Murcia a Castilla, Monóvar pasa a ser propiedad del infante don Juan Manuel. Tras la sublevación sarracena de 1261, Alfonso X de Castilla se vio obligado a solicitar la ayuda de Jaime I de Aragón. En el año 1296, se rectifican las fronteras del sur y Monóvar pasa a pertenecer al Reino de Valencia gobernado por Jaime II, quien asegura y confirma las condiciones del poblamiento de los musulmanes de Monóvar.
Se había creado una doble posesión de las tierras de Monóvar, que se solucionará con la sentencia arbitral de Torrellas, en 1304, en la que pierde la propiedad don Juan Manuel y la adquiere definitivamente Jaime II. En 1328Alfonso III de Aragón la dona a uno de sus consejeros Gonzalo García. A partir de entonces Monóvar es lugar de señorío. Perteneció al linaje de Pere Maça (El Barbudo) en los siglos XV y XVI. En el XVII estuvo bajo la casa ducal de Pastrana. Posteriormente y hasta su abolición en el siglo XIX lo mantuvieron los duques de Híjar.
CASTELLET DE CHINORLA
Tuvo un intenso protagonismo en los momentos posteriores a la conquista cristiana de las tierras del Vinalopó, cuando Monóvar y Chinorla quedan integrados en la jurisdicción del ra´is de Crevillente (1296), en pago a la fidelidad mantenida y los servicios prestados por Ahmad ibn Hudayr, el ra´is, a Jaime II de Aragón en la conquista del reino de Murcia. A pesar de quedar integrados en el señorío musulmán de Crevillente, tanto el castillo de Monóvar como el de Chinorla contaron con alcaides cristianos que aseguraron la fidelidad de las fortalezas al Reino de Aragón. Así, el 24 de agosto de 1296, la alcaidía de ambos castillos fue encomendada a García López de Anzano; mientras que en abril de 1303 el poderoso Bernat de Sarriá, procurador general del reino de Murcia, y hombre de confianza de Jaime II, se hace cargo de las alcaidías de los castillos de Aspe, Monóvar y Xinorla.
Tras el acuerdo castellano aragonés de Torrellas (1304), que ponía fin al contencioso murciano entre ambas coronas, y tras quedar todas las tierras del valle del Vinalopó integradas en la Corona de Aragón, el 17 de agosto de 1304, Jaime II dona Monóvar y Chinorla, con carácter vitalicio, a su consejero Gonzalbo García, que también lo será de Alfonso IV y desempeñará el cargo cortesano de mayordomo de Pedro IV de Aragón. La donación fue confirmada el 3 de noviembre de 1324 por Jaime II concediendo la jurisdicción civil y militar sobre Monóvar y “Xinosa” a Gonzalbo García. Privilegio reforzado, en 1328, por el rey Alfonso IV de Aragón, con la conversión de la concesión vitalicia en franco alodio a favor de Gonzalbo García y sus sucesores, solamente varones y procreados de legítimo matrimonio, quedando incluida en la jurisdicción territorial de Xinorla el lugar de Pinoso.
Desde este momento hasta finales del siglo XV se suceden los hechos documentados en los que participan los moros de la aljama de Xinorla. Hechos de diversa naturaleza, como pueden ser pleitos, establecimiento de censos, concesión de privilegios, hermandades, robos de ganado, asaltos, sanciones, altercados fronterizos, etc. Pero será en la llamada Guerra de los Dos Pedros (1356-1366) que enfrentó a Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón cuando el lugar y castillo de Chinorla adquieren un protagonismo bélico de primer orden, tal y como demuestra la documentación guardada en el Archivo de la Corona de Aragón. Así, el 13 de septiembre de 1356, tras la invasión castellana de toda la parte sur de la actual provincia de Alicante, únicamente las posesiones de Pedro Maza se mantenían fieles a Aragón.
Situada sobre un afloramiento rocoso que sobresale escasos metros del nivel del suelo, se ubica en las estribaciones orientales de la sierra de la Solana. Las remociones incontroladas de tierras, el vertido de tierras, el crecimiento de la vegetación y la transformación agraria impiden una descripción detallada de los restos que se mantienen, en gran parte, ocultos bajo tierra, conformando un pequeño montículo de perímetro circular y sección piramidal. Hay abundantes restos arqueológicos esparcidos por los bancales colindantes, entre los que destaca la abundancia de fragmentos cerámicos de distintas formas, tipos y categorías, así como cronologías tanto islámica (siglos XII-XIII) como bajo medievales (siglos XIV-XV).
Fotos castillo Chinosa
Se trata por tanto de una alquería islámica, con seguro origen en el siglo XII y ocupación en los siglos XIII y XIV, situada en la zona fronteriza con el castellano reino de Murcia, dotada de una fortificación para su defensa, elemento que la caracteriza en el paisaje de la cuenca del Vinalopó. Las excavaciones realizadas durante la década de los años setenta pusieron al descubierto una serie de estructuras habitacionales de planta regular situadas al interior de un recinto de planta que se adivina cuadrangular. Habitaciones de paredes de mampostería trabada con yeso y superficies enfoscadas con yeso, en donde se observan algunos grafitos del tipo “cuentas” o “calendario”.
CASTILLO DE MONÓVAR
El Castillo de Monóvar fue construido en época almohade, a finales del siglo XII según los estudios arqueológicos realizados en 1999. Se encuentra en un cerro de 435 metros de altura. En su ladera suroccidental se dispone el casco antiguo. Fue utilizado hasta principios del siglo XVII. Disponía de una privilegiada situación, desde la que dominaba la red de fortificaciones que jalonaba el rio Vinalopó, ( castillos de Novelda, La Torreta de Elda y Petrer), así como la vía de comunicación del corredor Pinoso - Jumilla, salida natural hacia Murcia y Andalucía.
Los lienzos del muro conservado están construidos en mampostería y tapial. Abarca una superficie de 900 metros cuadrados, con unas dimensiones aproximadas de 40 x 25 metros. El acceso a la fortaleza se localizaba en el ala occidental junto a la torre del homenaje. La torre adaptada al relieve del cerro. Cada uno de sus lados alcanza la altura de nueve metros y unos siete metros de anchura.
En el centro de la fortaleza existía un aljibe de época almohade.
Se ha recreado el castillo en una maqueta que se conserva en el Museo de Artes y Oficios.
Fotos castillo
Bibliografía: Gabriel Segura Herrero y José Luis Simón García Castillos y torres en El Vinalopó. Centre d´Estudis Locals del Vinalopó 2001. Las páginas 133-137 están dedicadas al castillo de Monóvar.
RUTAS TURÍSTICAS
Se ha creado una ruta entorno a las fortalezas (Novelda, Monóvar, Elda, Petrer) que durante el medioevo sirvieron como frontera entre los reinos de Aragón y Castilla. Se batieron en batallas con los almohades del rey Lobo de Murcia. El propio Rodrigo de Vivar, “El Cid Campeador” estuvo cabalgando a lomos de Babieca por estas tierras bañadas por las aguas del río Vinalopó. Por eso también Monóvar forma parte del Camino del Cid que pasa por catorce poblaciones de Alicante.
En 2021 se recuperaron vestigios de la Edad Media ubicados en una parcela de Xinorla. Un agricultor encontró una vasija de 325 litros de capacidad que fue datada en el siglo XIV. Las conclusiones de los arqueólogos señalan que se encuentran dentro de un edificio afectado por las tareas agrícolas. En una de estas habitaciones se encontraba la jarra que quedaría incrustada bajo el pavimento y aprovecharía el espacio del almacenaje de aceite, vino y grano.
CONFLICTO ENTRE NOBLES
Entre 1420 y 1450, los nobles valencianos Eximèn Pérez de Corella y Pere Maça de Liçana mantuvieron duros enfrentamientos, algunos armados, entre ellos y a través de sus vasallos, fundamentalmente en las comarcas del sur del reino de Valencia, pero con ramificaciones que se extendieron a las instituciones de la Corona. Estos conflictos surgían de la rivalidad entre una familia de barones de rancia estirpe en declive (los Maça de Liçana) y otra de caballeros recientemente ennoblecidos (los Corella) que con sus servicios a la nueva dinastía Trastamara crecían en fortuna y poder. En estos enfrentamientos convergían rivalidades jurisdiccionales y por el dominio territorial, enemistades personales y envidias sociales, que acabaron tomando un cariz político y que son reflejo de la cultura y acción política de la nobleza valenciana en la primera mitad del siglo XV. Sus actitudes se definían por su posicionamiento ante el servicio al soberano y el favor del rey. Respondían, pues, a dos pautas de comportamiento muy características de la nobleza del siglo XV en los estadios inmediatamente anteriores a la consolidación de una monarquía absoluta.
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